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Con los mejores deseos de bienestar para todos los lectores y visitantes -reincidentes o esporádicos, coincidentes o discrepantes- de este blog, que sólo pretende reflexionar en torno a las chirriantes bisagras que no nos dejan dormir.
Un fraternal abrazo para todos.
pd.- También el cava valenciano está considerado de y entre los mejores. Sin menoscabo del aragonés, extremeño, riojano, navarro, o castellano y leonés. Cava español, en fin.
La mención explicita a Freixenet está motivada por las razones que ya expliqué el pasado 1 de diciembre.
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Notas.-
Enlaces [en azul] y corchetes son aportados por EQM. También, por razones discutibles de legibilidad en internet, el incremento de párrafos en textos ajenos, respetando el contenido, que puede leerse en el original pinchando el enlace.
Sirva esta reflexión para despedir 2014, año irrepetible, porque la vida es precisa y no se deja repetir. La experiencia es nuestra existencia, nuestra vida misma, nuestra intrínseca soledad.
Valga aquella leyenda china, como escribía Ortega, que afirmaba que Confucio había nacido ya con ochenta años, idea característica de aquel extrañísimo pueblo para el cual la forma suprema, el ideal de la vida, es la senectud, hasta el punto de que, con su refinada cortesía, cuando un chino saluda a otro, por joven que éste sea, lo primero que le dice es lo viejo que parece.
Blas
Para lo que me queda vivir en el convento, me cago dentro.
El jefe de Freixenet se ha mojado y lo quieren ahogar, los suyos, esos que como él, tienen el habla extraña. Es una guerra civil muy localizada; por algún sitio tienen que empezar los enfrentamientos cainitas. Es el futuro de los que en vez de aunar esfuerzos se separan por cojones creyéndose elegidos por un dios diferente, que les ha prometido algo divino. Pero como niños recién nacidos no saben que de los tres reyes que esperan sólo les visitará el de la mirra, el perfume oriental que tendrán que usar en la sepultura de su nefasto proyecto.
Feliz año a todos, incluidos a los catalanes, vascos y navarros.