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XimoPuig_3_260615_rReal Decreto 581/2015, de 26 de junio, por el que se nombra President de la Generalitat Valenciana a don Ximo Puig i Ferrer. Publicado en el Boletín Oficial del Estado núm. 153, del pasado sábado, 27 de junio de 2015.

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Excmo. Sr. Don Ximo

Desde que, gracias a la actual educación en el analfabetismo y a la liquidación de unos principios convivenciales -antaño, sentido común-, se inició la demolición también de la urbanidad y el respeto, comenzando por el trato con la supresión del ‘usted‘, en este país no hay día sin sorpresa.

El sábado, el Gobierno del regenerador Mariano manda publicar en BOE el nombramiento del nuevo Presidente de la Generalidad Valenciana, otro regenerador sesentón que lleva más de 30 años a la chepa del erario público, nuestros impuestos, disfrutando cargos y florituras.

Pues bien, si leen con no demasiado detenimiento el contenido del Real Decreto obervarán dos anormalidades. La primera, ya habitual, consistente en mezclar los idiomas, de tal modo que en una redacción originalmente en castellano, en vez de escribir ‘Presidente de la Generalidad‘, se puede leer, en valenciano, ‘President de la Generalitat‘.

Hasta ahí todo relativamente normal porque, como ya digo y desgraciadamente, se ha convertido en costumbre oficial, gubernativa, el escribir en dos lenguas a la vez y no estar loco.

Pero ahora viene lo mejor: ¿Vds. se imaginan que, por ejemplo, a José Bono, le hubieran nombrado en cualquiera de su saco de cargos denominándole ‘Pepe Bono‘?

Pues eso, exactamente eso, es lo que ha ocurrido con el Excmo. Sr. Joaquín Puig i Ferrer, me imagino que a instancia propia. Oficialmente, se llama ‘Ximo‘. Ximo, como tanta gente sabe, es un hipocorístico, diminutivo, de Joaquin. Los hipocorísticos, dice la RAE, son formas diminutivas, abreviadas o infantiles, que utilizadas para los nombres propios pretenden una designación cariñosa, familiar o eufemística.

Dicho de otro modo, el presidente de tan alta institución se llama Joaquín y en confianza, familiar o cariñosamente, le debe encantar que le llamen Ximo, como podría ser que le llamaran Quim, Joaquinet, Chimo, Chochim, Joaco, Chimet, KinQuino, Quini o qué sé yo.

Y no tiene ningún sentido del decoro ni que él se haga nombrar ‘Ximo‘ en un Real Decreto ni que el Gobierno de España de por buena tal falta de respeto a las instituciones. Los medios, como servicio de interés general, deberían resaltar el cachondeo citándole como Don Ximo.

Tampoco me extrañaría que en su actual DNI figurara Ximo como nombre, porque si te puedes inscribir como Jennifer, diminutivo córnico de Genoveva o Ginebra, cualquier majadería es posible.

En fin todo un indicador, por otra parte, de por dónde pueden venir los tiros de la inmersión lingüística si, como nos tememos, D. Ximo deja la educación valenciana en manos de los radicales pancatalanistas que le han facilitado la Presidencia al socialismo.

Genial también, como no podía ser de otra manera, la inclusión de la ‘i latina entre los dos apellidos, que se ha convertido, en una supuesta señal de identidad catalana, otra ensoñación más. Si quiere saber más sobre el asunto lingüístico, vean infra.

Chimo y Oltra_2D. Chimo [Presidente] y Monica Oltra [Vicepresidenta]. La ‘revolución’ ha venido, puño en alto, y todo el mundo sabe cómo ha sido. Vicent Marzà, castellonense pancatalanista e independentista de Compromis, inmersor lingüístico, nuevo Conseller de Educación del Gobierno del socialista de Don Chimo.

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La manita de Jara

Hablando de formas y sabiendo que esas habas tanbién se cuencen allende nuestras fronteras, no puedo resistirme a festejar mi vuelta al blog trayendo a colación el sucedido del otro día con motivo de la celebración de uno de los partidos entre selecciones, ChileUruguay, de la Copa América 2015: el chileno Jara metió el dedo en todo el ojete del uruguayo Cavani, para que éste saltara. Y saltó, vaya si saltó. Como que fue expulsado.

Lo cuenta maravillosamente ‘As’, el pasado sábado:

El jugador de la selección uruguaya de fútbol Edinson Cavani ha dicho acerca de su expulsión en el partido frente a Chile en la Copa América, tras reaccionar al polémico dedo del jugador chileno Gonzalo Jara en sus nalgas que «son cosas del fútbol» que se «interpretan de muchas maneras; son cosas del fútbol. No es un momento como para ponerme a opinar ni empezar a hablar y a sacar conclusiones de esas cosas, yo creo que hoy hay cosas importantes que tengo que pensar», aseveró el delantero.

Asimismo, se refirió a la derrota de este miércoles de la selección uruguaya ante Chile que provocó la eliminación de la competición. Cavani afirmó que él y sus compañeros esperaban «algo diferente, algo lindo» y que acabó el partido, este miércoles, con un «sabor amargo» y «una sensación muy fea». «Pero a partir de que pasaban las horas me enfocaba cada vez más en lo que tenía acá, que era mi familia y el momento que se estaba viviendo, así que hoy es eso la cosa más importante y estamos acá para enfrentarlo», expresó.

Como bien decía Victor Pauchet, ‘El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento’. Aunque los tres partidos de suspensión le habrán helado la sonrisa.

Toda una pesada broma con intenciones finalistas, es decir, de tratar de llegar a la final sin miramientos, formas, ni la concha que le parió. Miren un poquito más abajo.

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Jara con CavaniJara y Cavani. Vía As, 270615.

EQM

pd.- Si en los artículos 152.1 de la Constitución Española y 27.1 del Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana, se establece que el Presidente de La Generalidad es elegido por las Cortes Valencianas de entre sus miembros y nombrado por el Rey, este tipo de Reales Decretos no deberían llevar la firma del Presidente del Gobierno de España, que no tiene ningún sentido, sino quizás la del Presidente del Senado, como Cámara territorial, y, al menos, la del Presidente de las Cortes Valencianas, órgano elector. Sí, ya sé que los RRDD los firma el Presidente del Gobierno y los refrenda el Rey, pero estos son casos especiales donde el refrendo se sustituye por el nombramiento y donde la elección de la persona es competencia del parlamento regional.

Un canto a las formas 

Los rituales y las formas, también en el vestir, son la expresión del valor que se concede a valores, símbolos y sentimientos.

Hermann Tertsch en ABC, 260615.

El pasado domingo, ABC hizo un espectacular despliegue de magníficas firmas del periodismo español para tratar sobre una gran cuestión que se ha ignorado mucho tiempo en España. Y cuyos efectos nefastos algunos creemos ver por todas partes. Se trata del declive en el respeto y cultivo de las formas en el trato y en la llamada buena educación.

«La mala educación gana terreno en España» decía el titular en nuestra segunda portada. En un claro exceso de optimismo porque sugiere que aun le queda terreno por conquistar. Cuando lo cierto es que salvo reductos privados o en círculos muy específicos y selectos de la administración o la sociedad, el trato habitual hoy en día es algo mucho peor que informal.

La buena educación es algo más que lograr que los niños no coman mirando al móvil, gesticulen con los cubiertos, se metan el cuchillo en la boca, dejen libres los asientos a los mayores. La buena educación es mucho más que las buenas maneras, pequeñas reglas de urbanidad en el comportamiento público que facilitan la convivencia.

Se daba por hecho que todos las agradecían y a todos beneficiaban. Hoy, solo poner la televisión lleva casi a oler el aliento de una gentuza que no respeta ninguna fórmula o forma de hacer amable el trato al prójimo por la sencilla razón de que son profesionales del ofender, del descalificar o ridiculizar. Lo que no es agresión y mofa es sentimentalismo primario.

El tuteo es hoy en España una peste descontrolada que contribuye como pocos factores a la aridez, acritud y zafiedad en el trato público. Siempre hay ideología en los cambios de trato. Y siempre hay muchas diferencias entre los diversos países y entre las clases sociales. Hay aun países en los que es casi impensable acudir a invitados a la cena a una casa sin llevar unas flores. Y hay países en los que esos que orinan por las calles de las ciudades españolas serían tratados como animales de granja antes de ser multados como ciudadanos de incontinente grosería.

Hay otras culturas mucho más estrictas que Occidente en la observancia de sus reglas de trato y cortesía, véase el ejemplo de Japón. La mayoría de ellas lo son con mucho provecho. Los rituales y las formas, también en el vestir, son la expresión del valor que se concede a valores, símbolos y sentimientos. Hasta hace medio siglo había en el mundo occidental unos códigos homogéneos que eran comúnmente aceptados. Hoy en todos los países europeos se han relajado. En algunos se olvida casi por completo. En ciertas cosas para bien. En muchas otras para mal. También la mezcla de culturas debido a la inmigración ha hecho mucho.

No dejará su asiento a una mujer quien la considera un animal más barato que un camello. La desaparición de las buenas maneras es el aspecto más visible de la más grave desaparición de las formas de respeto, comunión entre iguales y culto. Que reflejan el enorme predominio de la falta de respeto mismo. Ahora mismo pagamos ya, muy especialmente en España, triste avanzada en el deterioro, esa política de desprecio a las formas en el trato entre nosotros y a nuestros símbolos.

Con un grave deterioro de la civilización, nadie sabe si irreversible. Algunos que de pequeños nos creíamos torturados por nuestros mayores por su puntillosa atención a las formas, celebramos contar con los elementos para valorar y entender el decisivo sentido de las formas. El respeto a las formas lleva a la capacidad de gratificación e identificación que está en el entender del significado de la liturgia en toda la vida del mortal con sentido trascendente.

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Notas.-

¿Cuando usar “y” entre los apellidos?

Antonio Alfaro de Prado [+] en Blog de Genealogía Hispana.

Hay una cierta confusión sobre si los españoles debemos/podemos separar nuestros dos apellidos con la partícula “Y”. Se cuestiona si es sólo por esnobismo o si realmente existe alguna disposición legal al respecto.

El origen de esta duda se debe a lo que disponía el Registro Civil al determinar que en todas las inscripciones los apellidos se expresarán intercalando la copulativa “Y”. Pero el motivo de esta disposición se debió, en realidad, a una cuestión práctica ya que desde 1861 se había legislado por la Administración española que en los instrumentos públicos los individuos debían figurar con sus apellidos paterno y materno y, como señala un manual legislativo de ese mismo año, no debe omitirse nunca la consonante “y” entre el apellido paterno y materno, porque en España son muy frecuentes los apellidos dobles [A.BRAVO TUDELA y J.G.DE LAS CASAS, Ley hipotecaria, comentarios, formularios y concordancias con los códigos extranjeros, Madrid, 1861]. El Registro Civil sigue esta misma recomendación por su evidente utilidad, pero el hecho es que ninguna norma ha establecido nunca que los españoles deben usar dos apellidos separados por una “Y”. Es decir, desde el XIX se ha empleado esta solución en los documentos administrativos para que se distinga claramente cual es el primer y el segundo apellido de cada persona.

Por si quedasen dudas, desde el año 2000 se ha eliminado el segundo párrafo del artículo 194 del Reglamento del Registro Civil que era donde se recogía esta práctica de separar con una “Y” los apellidos en las anotaciones del Registro. La reforma suprime el párrafo pero no alude, obviamente, a que desde este año los españoles deban dejar de usar la “Y” entre apellidos ya que ni fue ese el objetivo en su inicio ni ahora se pretende suprimir.

¿Por qué históricamente algunas personas han separado sus apellidos con una “Y”? Hasta el siglo XIX, en el que se fue fijando el uso de dos y solo dos apellidos, paterno y materno, las personas decidían con cuantos apellidos querían ser conocidos. Dentro de esa libertad estaba el uso de la partícula “Y” para separarlos, pero no formaba parte de éstos. En algunos casos, además, se trataba de apellidos que iban precedidos por la partícula “de”, por lo se quería evitar una reiteración cacofónica; era más apropiado decir Lope de Vega y Carpio que Lope de Vega de Carpio, o Miguel de Cervantes y Saavedra en vez de Miguel de Cervantes de Saavedra.

firmasFirmas de Félix Lope de Vega y Carpio y de Miguel de Cervantes y Saavedra. Ninguno de ellos incluía la separación “Y” en su rúbrica.

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¿Por qué hay personas que usan “Y” actualmente?  La partícula es usada de forma personal, que no oficial, por dos motivos. Por una parte, se utiliza en las personas cuyo primer apellido puede ser también un nombre de pila, para evitar confusiones. Entre los casos más conocidos podemos citar a Santiago Ramón y Cajal, José María Gabriel y Galán o Francisco Tomás y Valiente.

También es útil, como en tiempos pasados, para que no se produzca la reiteración de la partícula “de” cuando ésta precede a los dos apellidos, por ejemplo, Don Felipe de Borbón y Grecia o José María de Oriol y Urquijo. Teniendo en cuenta que actualmente muy pocos apellidos españoles empiezan por “de”, la coincidencia de ambos muy rara vez se produce.

Salvo estos dos supuestos, el uso de la partícula “Y” que hacen algunas personas al indicar sus apellidos es algo meramente estético, sin ningún otro fundamento. Que cada cual lo califique de esnobismo, presunción o simple coquetería…

¿Cómo registrar a nuestro antepasados cuando usaban la “Y”? Al incorporar una persona a nuestra base de datos genealógica el criterio debe ser siempre respetar la forma en que aparece originalmente en los documentos. Si consta con la “Y”, la mantendremos.

¿Por qué en Cataluña se ha extendido la separación entre apellidos mediante la “i”? La actual ley catalana permite registrar y usar entre los dos apellidos una “i”, algo que se ha convertido, muy curiosamente, en una supuesta señal de identidad catalana. En realidad el sistema tradicional de apellidos en Cataluña era parecido al de otros países europeos donde la mujer perdía su apellido al casarse, adoptando el del marido, de modo que se solía usar un único apellido común para los esposos, el del varón. Excepcionalmente, y no en todos los casos, si casaba un hereu y una pubilla (heredero y heredera de sus respectivas familias) el hijo podía usar ambos apellidos separados por una “i”, para denotar su doble herencia, uso que decaía en las siguientes generaciones. Por influencia del resto de España, comenzaron las casadas catalanas a mantener su apellido, de forma secundaria en un principio y plena después. En el siglo XIX se generalizaría en toda España, Cataluña incluida, el uso del doble apellido paterno y materno, surgiendo la norma administrativa española de separarlos mediante “Y” en los documentos oficiales . De este modo, el uso de la “i” entre apellidos lo que hace es adaptar a la lengua catalana un uso español que posteriormente se reguló para una mejor identificación de los individuos ante la Administración.

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