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Comunistas y fascistas
El distinto trato que se le da por la sociedad española a la calificación de marica -o, por ejemplo, comunista- y a la de heterosexual -o, por ejemplo, franquista, fascista- es fruto más bien de la decadencia colectiva instalada, lo cual es bien aprovechado por la plaga de amorales que nos inunda…, para favorecer sus causas ‘progresistas’.
Es lo que tiene organizarse, intencionadamente, sin sentido común…
Y no sólo se trata de demonizar discriminadamente sino también de entronizar la discriminación positiva como culminación del despropósito.
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Nazi o marica
Arcadi Espada en El Mundo, 180816.
Me escribe Juan Claudio: ‘Ayer vi, fascinado, Best of Enemies. Creo que te interesaría mucho. Es un documental que narra la historia de los debates televisados en 1968 entre William Buckley y Gore Vidal. Mucho material sobre el que reflexionar: la guerra ideológica como una guerra cultural, la televisión como un lugar de encuentro, ya perdido, de la nación, el nacimiento de la figura del tertuliano, el intelectual polémico y las cicatrices que puede dejar la polémica, y el enemigo íntimo como dador de identidad. Yo la he visto en Netflix’.
El resumen de mi amigo sobre el encuentro entre el gran intelectual del conservadurismo americano y el biógrafo de América es muy preciso. Está todo eso. Pero no puedo dejar de transcribir las últimas palabras de la película: ‘Era una época en que la televisión era todavía un lugar público, en el que los estadounidenses se reunían y veían casi lo mismo. La capacidad de hablar el mismo idioma ya no existe. Cada vez más estamos divididos según nuestra preocupación. Cada bando puede ignorar al otro y vivir en su propio mundo. Nos hace menos nación. Porque lo que nos une son los pensamientos. Pero si las personas no comparten sus ideas no están viviendo en el mismo lugar’.
Exactamente. Lo más importante de los noticiarios, como de los periódicos, ni siquiera son los hechos que cuentan, sino el guion de los hechos que proponen a la comunidad. Cierta puerilidad digital trata de vender el periódico personalizado. Pero el único interés de lo personal es el lugar que ocupa en lo público. Lo demás es filatelia.
Hay otro inmenso tema cuando Vidal le dice suavemente a su interlocutor: ‘En lo que a mí respecta el único pronazi o criptonazi que se me ocurre eres tú’. Buckley deja ir una inmensa mueca de odio y le contesta: ‘Escucha, marica, deja de llamarme criptonazi o te daré un puñetazo en toda la cara y te la tendrán que escayolar’. Era el debate número 9 de los 10 que mantuvieron -ningún debate duró más de 20 minutos. Casi medio siglo después de los hechos la película interpreta que ése fue el momento en que Buckley perdió para siempre: los debates y hasta su propio futuro. La hipótesis no es que perdiera por haber estado en un tris de romperle la cara a Vidal. Buckley pierde, medio siglo después, no en el momento del hecho, por haber llamado marica al tipo que acababa de llamarle criptonazi. El hecho explica perfectamente las guerras culturales de nuestro tiempo y quién ha resultado el claro vencedor.
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Reunión del pasado miércoles, en el Congreso, del Grupo Parlamentario Socialista. Fíjense en las caritas de los actuales jerifaltes del PSOE, empezando por la izquierda: Antonio Hernando, Portavoz del Grupo Socialista en el Congreso; Micaela Navarro, Presidenta del partido; Pedro Sánchez, Secretario General; y César Luena, Secretario de Organización y Acción Electoral. Toda una ruina de organización, llevando al partido a la ruina.
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Los mil y uno ‘noes’ de Pedro Sherezade
Jorge Bustos en El Mundo, 180816.
En la mochila de los nuevos partidos, a falta de corrupción, no hay todavía más que buenas intenciones. Sólo un partido tan bienintencionado como Ciudadanos puede pedirle a Rajoy que conteste sí o no a lo que sea, en especial al plan de regeneración del propio PP. El galleguismo de don Mariano eleva a tales cimas el lema celiano –El que resiste, gana– que la opinión pública ya renuncia a seguirle. Entretanto, España boquea en la orilla más lerda de Europa desde la II Guerra Mundial, por citar al propio plusmarquista de la dilación.
Y sin embargo, no fue Rivera sino Villegas, con su calmante grisura, el que salió a «sorprenderse» de que Rajoy despreciara su compromiso de tratar siquiera las seis condiciones naranjas en el cónclave genovés. Quien más quien menos esperaba que Villegas se indignara, que anunciara un levantamiento de la mesa de negociación, gesto que luce mucho en las tertulias rosas, pero no lo hizo por la sencilla razón de que Rajoy y Rivera habían hablado antes -hablan más de lo que Twitter piensa-, ambos habían pactado verse hoy y ambos sabían lo que el otro debía contar a su parroquia, a la vista de lo que el numantino Sánchez acababa de decirle a la suya. Que está formada por su mujer, por Luena y por dos o tres más, amén de un camarero de Mojácar.
El Comité Ejecutivo del PP tiene de asambleario lo que la CUP de librecambista. Que su invocación respondía a una pura maniobra dilatoria para aumentar la presión sobre el mozo del chiringuito socialista no se le escapa a nadie salvo al propio don Pedro, que resulta tan presionable como una escultura de Chillida: su comparecencia devolvió el juego político al estadio sordo de indecencia y sectarismo en que lo colocó las navidades pasadas durante cierto debate televisivo. Perdido el año, otra Navidad electoral -algunos rumorean que votaremos el mismo 25 de diciembre- se perfila en el horizonte de nuestro destino histórico para admiración de los hispanistas, que no disponían de un acceso semejante de casticismo desde el tricornio de Tejero.
Rajoy puede soportar muy bien las ruedas disléxicas y los planos macilentos, pero no va a conceder a C’s la victoria simbólica de someterse a sus condiciones, con la consiguiente humillación del PP, sin obtener a cambio la reparación de una investidura exitosa. Sabe que el tiempo y las elecciones gallegas están de su parte. Rivera no va a desempeñarse como doncella ultrajada ahora que C’s ocupa el centro del tablero de la realpolitik. En cuanto a Sánchez, se limita a sobrevivir dosificando su no a través de mil y una mentiras, como la de que PP y PSOE defienden políticas incompatibles. Tampoco Sherezade podía morir mientras siguiera contando leyendas. La de Sánchez es la historia de un príncipe moreno y casual al que la política grande quiso perseguir un día, sin poder alcanzarle jamás.
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Notas.-
Enlaces [en azul cuando se trata de textos ajenos] y corchetes son aportados por EQM. También, por razones discutibles de legibilidad en internet, el incremento de párrafos en textos ajenos, respetando el contenido, que puede leerse en el original pinchando el enlace.
Blas dijo:
Canadá dictamina que los actos sexuales con animales no son delito si no hay penetración
En Canadá se podrá tener sexo con animales siempre que no haya penetración. Así lo ha determinado el Tribunal Supremo del país este viernes, 10 de junio de 2016, al legalizar los actos sexuales entre animales y personas.
Las autoridades han explicado que las leyes canadienses no definen claramente el término zoofilia y que únicamente está prohibido que un humano penetre a un animal o viceversa. El tribunal falló por una mayoría de 7-1 que será necesaria la penetración para que pueda considerarse zoofilia.
Según ha informado el periódico británico The Independent, esta normativa ha surgido tras el caso de un hombre condenado por 13 delitos de agresión sexual a sus hijastras. El acusado grababa en vídeo a su perro lamiendo los genitales de sus víctimas que había untado previamente en mantequilla.
Los documentos judiciales revelan que el acusado, condenado a 16 años de prisión, intentó que el can realizara el coito con su hijastra, que finalmente fracasó.
Hay que potenciar la búsqueda de un cónyuge fuera del propio grupo, porque tiene un valor adaptante por cuanto vincula a las personas a una red social más amplia que les alimenta, ayuda y protege en tiempos de necesidad.
Basta ya de tanto sentido común. Viva la oposición creativa y abajo el imperialismo cultural. No al prejuicio étnico. Es hora de reconstruir la genealogía darwiniana.
¿Acaso los políticos no son producto de la evolución humana? ¿Se ha producido en ellos la debida cerebración y corticalización para poder gobernar?
Nos cuestan un sentido, hay que botarlos¡¡ya!! Bonobos al poder.
Blas
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rev prensa dijo:
Esto huele que apesta a terceras generales
Jesús Cacho en Voz Pópuli, 180816
Una tomadura de pelo. No se me ocurre otra forma de calificar la rueda de prensa con la que ayer Mariano Rajoy despachó la reunión del comité ejecutivo del PP llamado, en teoría, a analizar las condiciones impuestas por Ciudadanos para apoyar su investidura y obrar en consecuencia, es decir, aceptarlas o rechazarlas. Con Franco y después de Franco, quienes ya peinamos canas hemos asistido a toda clase de espectáculos, a cual más abracadabrante, en la política española como para rasgarnos las vestiduras por uno más de tales episodios. Lo de ayer, sin embargo, supera lo visto hasta ahora. Contemplar al líder del primer partido español, presidente del Gobierno con mayoría absoluta hasta hace menos de un año, presidente en funciones desde el pasado diciembre, pasándose por el arco de sus caprichos la, por él y los suyos, tan cacareada como manida “urgencia” para formar un Gobierno estable “dada la gravedad de los problemas del país”, es sencillamente incomprensible, además de inaceptable, por no decir intolerable. Esto huele que apesta a terceras elecciones generales.
“Le he explicado al señor Rivera que debo someter el documento [las condiciones de Ciudadanos] a la aprobación del Comité Ejecutivo de mi partido. Como ustedes comprenderán, no puedo ni debo tomar esta decisión en solitario”. Es exactamente lo que dijo Mariano la semana pasada, antes de irse a protagonizar una nueva caminata por las riberas del Umia con el marido de Ana Pastor en plan carabina. La verdad es que a quienes conocen el paño que guarda el arca del PP les pareció una deliciosa boutade el que Mariano Rajoy necesitara consultar con el comité ejecutivo de Mariano Rajoy para aprobar o rechazar cualquier cosa que le apetezca a Mariano Rajoy, porque el PP es Mariano Rajoy y punto. No hay más voluntad que la suya. Y como temían los más pesimistas, resulta que, según Mariano Rajoy, ni Ciudadanos ha impuesto condiciones (“Podemos aceptar muchas cosas, o no”), ni él tiene por qué fijar fecha de investidura, que era la exigencia previa impuesta por Ciudadanos para sentarse a negociar. Una tomadura de pelo. Una falta de respeto a los casi 8 millones de votantes del PP y a los millones de ciudadanos que, sin haber votado PP, se sienten concernidos por la dimensión de la crisis política española.
Por si las querellas personales entre líderes, que siguen manteniendo encallado el barco de la formación de Gobierno, no fueran suficientes para hacernos temer la eventualidad de esa tercera consulta, la manifestación de consumado tancredismo protagonizada ayer por Mariano no hace sino confirmar las peores sospechas. ¿Está pensando el PP en esas terceras generales capaces de darle de nuevo, solo o en compañía de otro, esa cómoda mayoría que necesita para gobernar, para lo cual solo necesita marear la perdiz y confundir al personal, es decir, administrar a conveniencia el encargo regio taponando cualquier otra iniciativa que pudiera adoptar el Rey? Porque si sus protestas sobre la urgencia de contar con un Gobierno estable fueran sinceras, a Mariano –y al inane Partido Popular- tendría que haberle faltado tiempo para aceptar, no ayer sino hace más de una semana, las más que asumibles condiciones impuestas por Rivera para tragarse el sapo del donde dije digo digo Diego y del brazo de Mariano nunca jamás.
La comparecencia ayer tarde de José Manuel Villegas, en representación de Ciudadanos, para lidiar el toro que el líder del PP había plantado en la arena apenas tres horas antes resultó, por lo dicho, ciertamente patética. Porque la única respuesta aceptable de Ciudadanos al insólito desplante popular hubiera sido anunciar ayer mismo la retirada de las condiciones de marras y la ruptura de cualquier conato de negociación con Rajoy y su banda, hasta que el PP no se comporte como se espera de una derecha responsable, consciente de su responsabilidad en la encrucijada española actual. Albert Rivera prefirió hacer mutis por el foro, degradando así la respuesta de Ciudadanos, en un ejercicio que, no sin cierta dosis de caridad cristiana, cabría calificar de responsable, al evitar responder a la provocación del PP en caliente.
Ciudadanos sigue asumiendo riesgos, el más notorio de los cuales dimana de ese intento de nadar y guardar la ropa o quedarse siempre a medio camino entre Pinto y Valdemoro. Apoyar la investidura de Rajoy no tiene sentido si al tiempo no se garantiza una legislatura larga susceptible de hacer posible las reformas que necesita el país en todos los órdenes, incluido, por supuesto, el inaplazable problema catalán que sigue creciendo sin pausa. Y para eso Ciudadanos no tiene más remedio, o así me lo parece, que entrar en un Gobierno de coalición desde el cual vigilar el estricto cumplimiento de los compromisos contraídos por el regente Rajoy, impidiendo el gato por liebre de Rajoy, bajo amenaza de ruptura de la coalición y automática moción de censura. Jugar a todas las barajas (la infumable carta en El País del pasado domingo) no parece de recibo. Apostar de verdad por la estabilidad, desde el punto de partida de esos 169 diputados, supone hacerlo con todas las consecuencias. Asegurar el crecimiento económico y la creación de empleo exige una legislatura de consenso, de pacto, de luz y taquígrafos, no de trampas en el solitario.
Pero no van por ahí los tiros. Perdamos toda esperanza. Los líderes de los llamados partidos constitucionales, con particular mención para PP y PSOE, siguen aferrados al juego ruin de sus cálculos privados, sus intereses personales, sus odios bíblicos, su innata mezquindad, su escasa altura de miras… Toda la estrategia de Mariano Rajoy parece orientada a cargar en el debe de Pedro Sánchez la responsabilidad de esas terceras generales, mientras que todas las esperanzas de Sánchez parecen puestas en llevarse por delante a Mariano Rajoy aunque sea lo último que haga en su vida política, sin que se sepa qué propuesta formularía a los españoles después de tan histórico logro. Salvando las distancias y el componente trágico de la comparación, la situación actual guarda notables analogías con el grado de hipocresía moral, juego sucio y rebuscados cálculos personales que condujeron al mundo a aquella carnicería que fue la primera Guerra Mundial.
Lo relató como nadie Bárbara Tuchman en “Los Cañones de Agosto”. El cinismo calculado de los líderes, las rencillas personales entre los generales, los odios de índole nacionalista, los deseos de históricas revanchas, empujaron al mundo a una aventura que “iba a durar unas semanas” y terminó en una masacre que nadie supo parar. Todos perdieron, nadie ganó. La Europa que se adentró en el verano de 1914 inmersa en la engañosa placidez de la belle époque, tras décadas de fructífera paz, salió de él convertida en un montón de ruinas, con millones de víctimas. Tuchman termina su obra afirmando que “Los países se vieron acorralados en una trampa, una trampa de la que no hubo y no ha habido salida”. La trampa de Sánchez consiste en creer que en unas terceras generales podría irse hasta los 95 diputados, convirtiéndose en salvador del PSOE; la de Rajoy, en que podría ponerse a tiro de la mayoría absoluta bailando sobre el cadáver humeante de Ciudadanos. De los cañones que este agosto de 2016 tienen a los españoles perplejos ante tanta inaudita estulticia, tanta general mediocridad, tanta extendida cobardía, solo puede derivarse la ruina de España. Lo decía este lunes Fernando García de Cortázar en ABC: “Nos estamos jugando el que España empiece a cansarse de su propia existencia en común, que comience a notar una fatiga que la conduzca a un vertedero de ilusiones perdidas y confianza desmantelada. Estamos en un verdadero estado de excepción”.
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http://vozpopuli.com/analisis/88171-esto-huele-que-apesta-a-terceras-generales
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