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Portadas de Charlie Ebdo [ISLAM, RELIGIÓN DE PAZ ETERNA!] y El Jueves [NO TENIM POR. BARCELONA SOMOS TODOS], con motivo de la masacre yihadista de Barcelona
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De broma y de veras
Las dos portadas [Charlie Hebdo y El Jueves] y los textos de la primera, reflejan bien a las claras dos concepciones antagónicas del conflicto con el islamismo radical y, en concreto, con el recientes atentado de Barcelona.
Aquí, en España, con humor, sin miedo, mirando para otro lado, plenos de buenismo y Alianza de Civilizaciones, en un hipócrita y festivo castell totalmente alejado de la realidad en el que, eso sí, han tenido el acierto de incluir a ningún musulmán…, pero insertando, si se fijan bien, abajo a la derecha, a un personaje con turbante entre el gentío que participa de la folclórica fiesta unitaria, solidaria, pacífica, incluso comprensiva, de ese ‘no tenim por’ [no tenemos miedo], que a buen seguro dará mucho más que hablar si los golpistas catalanes lo acuñan como eslogan popular para enfrentarse próximamente a la imperialista España…
Será en nombre y representación de los cuatro gatos barceloneses que, en nombre de los musulmanes, han condenado públicamente la matanza…
Pero hay más: los mismos de El Jueves que asumen la soberana falsedad del ‘no tenemos miedo’ cuentan en el twitter que han insertado con la portada:
Conocemos el mejor antídoto para combatirlo: el humor
¿Nos pueden explicar a qué santo y cómo van a combatir un miedo que dicen no tener?
Por no hablar de que, una vez confesado que, naturalmente, sí lo tienen, aconsejar el humor como antídoto no deja de producir la sensación de profunda vergüenza ajena…
En cambio los franceses, reflexionan seriamente sobre la interrelación islam-islamismo y sobre el distinto eco occidental que despiertan las matanzas terroristas de los islamistas, en función de dónde se produzcan [ver infra].
Porque hay que estar muy ciego para no ver que entre los asesinos terroristas no ha aparecido ningún cristiano, budista, etc., y tener intención de hacer saltar por los aires el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia me suena a mí que a nosotros, los cristianos, muy laico no nos debe de sonar…
Y porque si los cristianos asesinados lo son en gran parte de África, la cosa como que nos deja pero que bastante fríos…
pd. Así han visto, también, en Charlie Hebdo, la formidable y bilateral seguridad hispano-golpista, tan coordinada ella, exhibida en Alcanar-Barcelona:
Felix [Francia]. La seguridad, puesta en cuestión.
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Homenaje nocturno
Gérard Biard, en Charlie Hebdo, 210817. + [en papel, n°1309, del 23 agosto 2017]. El autor es el actual Redactor Jefe de la revista.
La apagada Torre Eiffel es como los minutos de silencio. Ahora es el servicio mínimo que se impone después de cada ataque. Después de los ataques de Barcelona y Cambrils, no faltó: el símbolo de la Ciudad de la Luz se desconectó. Como en el caso de los ataques en Manchester, Londres, Berlín, Estocolmo, Bruselas …
Este homenaje en forma de extinción de los incendios se hace obviamente cuando Europa es golpeada. Pero no solamente. Buscando un poco, siempre encuentras una buena razón. La Torre Eiffel se extinguió el 26 de mayo, cuando los cristianos fueron atacados en Egipto. Era el 31 de mayo, después del ataque en el barrio de las embajadas en Kabul, que dejó más de 150 muertos, representaciones diplomáticas occidentales habían sido afectadas. Era el 8 de junio después de que el ataque kamikaze contra el Parlamento y el mausoleo de Ayatollah Khomeini en Teherán – homenaje a un ex huésped de Francia …
Por supuesto, la indignación simbólica no puede estar en todas partes. Las víctimas de Boko Haram Níger, Nigeria, Burkina Faso, Camerún, por ejemplo, no han tenido derecho al apagón, excepto el propio. Lo mismo ocurre con las víctimas de las franquicias asiáticas del DAES. Es cierto que si tuviéramos que apagar la electricidad siempre que la ideología islamista mata a alguien en el mundo, pasaríamos nuestro tiempo en la oscuridad…
[Traducción de EQM]
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Atentados: “Avestruzes de vacaciones”
Laurent Sourisseau, ‘Riss’, en Charlie Hebdo, 230817 [en papel, n°1309, del 23 agosto 2017]. El autor es el actuar Director de la revista.
“¿Toca hablar del terrorismo? Desde el anuncio de los atentados de Barcelona, todo el mundo ha desempeñado su papel como en una función teatral bien engrasada. Las radios y las teles han invitado, como corresponde, a los “especialistas”, quienes repiten un poco lo mismo que cuando el último atentado. Los políticos han condenado en Twitter estos “odiosos actos de barbarie” y las personalidades han tuiteado mensajes de apoyo a las víctimas. Cada cual ha hecho lo que tenía que hacer, cumpliendo con su papel, para que las cosas vuelvan a la normalidad al día siguiente.
Para convencernos de que todo esto se ha convertido en algo trivial, se nos ha contado incluso que, desde el terrible atentado de Madrid en 2004, los españoles se habían acostumbrado al terrorismo y que, aparte algunos turistas cobardicas, los coches-ariete de Barcelona apenas impresionan ya a nadie.
Algo ha cambiado, sin embargo, desde el 7 de enero de 2015. Los debates y los interrogantes sobre el papel de la religión, y, más concretamente, de la musulmana, en todos esos atentados han desaparecido por completo. El ataque a Charlie Hebdo había obligado a los medios y a los intelectuales a abordar esta cuestión, dado que lo que motivó a los asesinos fueron las caricaturas de Mahoma. Para “lo” del 7 de de enero ya no se podía decir que la causa era la intervención de Francia en Mali o en Siria, puesto que aún no se habían producido. Tal vez por ello, dos años más tarde, los medios hablan cada vez menos de “lo” del 7 de enero…
Desde entonces, una labor de propaganda ha logrado distraernos y hacernos disociar los atentados de cualquier aspecto religioso. Hoy, ya nadie se plantea el papel del Islam en la ideología del Estado Islámico. La comedura de coco ha sido tal que todo el mundo acepta que no hay que cuestionar “el hecho religioso en sí”. Éste se impone a todos, y aquellos que se atreven a ponerlo en entredicho son tachados de burdos anticlericales de otra época.
Pero como a pesar de todo hay que dar una explicación a los atentados, se nos sirve como sucedáneo la geopolítica. Las causas de todos los atentados serían la guerra en Irak, el petróleo, la política de Obama, de Trump, y todo un conjunto de razones que, si bien no carecen de cierto interés ni pertinencia, tienen el gran mérito de evitar que se hable de religión y, sobre todo, de la musulmana.
A menudo se contrapone el Islam con el islamismo. Como si estas dos concepciones religiosas fuesen dos planetas extraños el uno respecto al otro. Para ahorrar a los musulmanes moderados la afrenta de vincular su fe a la violencia yihadista, se ha disociado metódicamente la religión musulmana del islamismo. Sin embargo, el islamismo forma parte del Islam.
Cuando se critica la Inquisición y sus crímenes, no se desgaja ese fanatismo del resto de la Iglesia católica. Aunque muchos cristianos denunciaron la Inquisición, ésta es un elemento del cristianismo y de la Iglesia. Por ello, siglos más tarde, el papa Juan Pablo II se sintió obligado en 2000 a hacer votos de arrepentimiento por los crímenes cometidos en nombre de la Inquisición; en nombre del cristianismo.
Curiosamente, cada vez que los integristas musulmanes cometen crímenes, se crea en torno a ellos un cordón sanitario para “exfiltrarlos” del Islam, y así evitarle a la religión de Mahoma la más mínima crítica. Oh, sí, cuánto más confortable es hablar de Bush, Obama o Trump que husmear en los problemas que desde hace décadas desgarran al Islam.
El confort intelectual prima por encima de todo. El confort es la obsesión de nuestras sociedades consumistas. Queremos unas vacaciones confortables en España, en buenos hoteles y con buenos restaurantes. Queremos debates apasionados sobre Neymar y sobre el cierre de los paseos que bordean el Sena. Oiga usté: ¡es que no nos hemos alquilado un piso turístico en Barcelona para que nos arrollen por Las Ramblas y encima tengamos que ponernos a hablar del la religión musulmana!”
Queremos debates apasionados sobre Neymar y sobre el cierre de los paseos que bordean el Sena. Oiga usted: ¡es que no nos hemos alquilado un piso turístico en Barcelona para que nos arrollen en Las Ramblas y encima tengamos que ponernos a hablar de la religión musulmana!
Para nuestro confort, evitemos pensar en todos estos asuntos penosos que nos empozoñan la existencia. No pensemos demasiado en ellos: otros, con sus vehículos asesinos y sus cinturones de explosivos, lo harán por nosotros”.
[Traducción de un colega]
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Ahora hace año y medio…
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Gérard Biard: “Nos enfrentamos a formas nuevas de totalitarismo
El redactor jefe de ‘Charlie Hebdo’ habla a un año del atentado terrorista contra la revista
Bertrand Pecquerie en El País, 050116.
Gerard Biard es el redactor jefe de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, que hace ahora un año sufrió un atentado en el que murieron 12 personas. Biard repasa lo que ha supuesto este año para el semanario y su forma de entender el humor.
Pregunta. Un año después de la matanza que diezmó la redacción de Charlie Hebdo, ¿qué es lo que no quiere oír el 7 de enero de 2016?
Respuesta. Me da miedo incluso oírlo. Frente a estos actos de terrorismo, siempre acabamos encontrando explicaciones y justificaciones que de hecho suenan a excusas. Es inaceptable. Para mí, se trata solo de rechazar una ideología totalitaria basada en dogmas religiosos.
P. Sin embargo, cualquier explicación no sirve de excusa…
R. Es cierto, pero el Estado Islámico tiene miles de razones para odiarnos, por lo que buscar explicaciones es un ejercicio que no tiene fin y, repito, siempre con el riesgo de buscar las “razones correctas”. Estas no existen dado que el único objetivo es imponer a unas sociedades democráticas una ideología religiosa radical.
P. ¿Habla de fascismo islámico?
R. Yo, que soy de origen italiano, rechazo la palabra “fascismo” porque tiene demasiadas connotaciones en un contexto histórico. “Totalitarismo” me parece más adecuado y la palabra abarca mucho más que el estalinismo y los fascismos del siglo XX. Por desgracia, nos enfrentamos a unas formas nuevas de totalitarismo en el siglo XXI.
P. ¿Cómo vivió los atentados de París del 13 de noviembre de 2015? ¿Cómo una repetición del 7 de enero?
R. Estaba en la redacción de Libération para celebrar su traslado, muy cerca del Bataclán y de los cafés del distrito XI de París. Éramos 300 periodistas y estábamos todos en un estado de estupefacción: era imposible creer lo que las cadenas de información continua nos mostraban. Nuestra obsesión en Charlie Hebdo esta vez era hablar de las matanzas sin ser siniestros. Nuestro mensaje fue sencillo: “Que os den”. Lo decía la redacción de Charlie Hebdo, pero también todos esos franceses que van de copas y acuden a los conciertos. Y el “os” se refiere, por supuesto, a esos fanáticos que quieren imponer un nuevo totalitarismo religioso en Francia y en el resto del mundo, porque Francia, claro está, no es más que un símbolo, y no es el único país amenazado.
P. ¿Cómo explicaría el concepto de laicismo a un público que no sea francés?
R. Empezaría por decir que no existe una traducción satisfactoria en otro idioma. En inglés, secularism no es suficiente para traducir “laicismo”. Después, siempre tenemos que ser conscientes de que existen dos visiones de la separación entre la Iglesia y el Estado: en Francia, la religión no debe inmiscuirse en los asuntos del Estado, mientras que en un país como EE UU, es el Estado quien no debe inmiscuirse en los asuntos religiosos. Son visiones contrarias, y es la razón por la cual es tan difícil hablar de laicismo en un país anglosajón.
P. Otras portadas de Charlie Hebdo han creado polémica, como la del pequeño Aylan que murió en una playa de Turquía…
R. Sí, porque otra vez nos acusaron de haber blasfemado. Quisimos cambiar voluntariamente el significado de lo que, en nuestra opinión, se había convertido en “una imagen piadosa”, y estamos orgullosos de mantener esta tradición del dibujo de prensa.
P. ¿Ha cambiado la línea editorial de Charlie Hebdo desde enero de 2015?
R. En lo que se refiere al fondo, no queremos cambiar. Pero asumimos el hecho de que el 70% de las personas que nos leen no nos conocían antes del 7 de enero de 2015. Muchos franceses, pero también muchos europeos a quienes les tenemos que transmitir el mensaje de un periódico satírico cuando en realidad no existe un equivalente en el Viejo Continente. Es verdad que nos esforzamos por ser más pedagógicos, pero nunca nos abstendremos de hacer lo que siempre hemos hecho.
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Notas.-
Los enlaces en textos propios son aportados por EQM. En los ajenos sólo cuando así se indique con un color azul. También es cosa de EQM, por discutibles razones de legibilidad en internet, el incremento de párrafos en textos ajenos, respetando el contenido, que puede leerse en el original pinchando el enlace correspondiente.
Sin seguridad no hay Estado
«Fuera de nuestras fronteras nadie entiende que Policía Nacional y Guardia Civil hayan estado ausentes por decisión de los Mossos y que el propio Gobierno de la Nación esté siendo un mero espectador. Hay que recordar un concepto elemental que parece que algunos se resisten a admitir: que si el Gobierno no tiene en sus manos la seguridad del Estado, el Estado desaparece»
Agustín Linares, exSubdirector Operativo del Cuerpo Nacional de Policía en ABC, 230817.
Cuando aún no nos hemos repuesto de la conmoción general que han dejado en todos los españoles las imágenes del día 17, el brutal atentado de los yihadistas en las Ramblas de Barcelona exige una primera reflexión para intentar evitar que algo así vuelva a suceder. El atentado nos deja una serie de interrogantes: ¿cómo es posible que la Generalitat haya cerrado todas las puertas a los Cuerpos de Seguridad del Estado? ¿Cómo es posible que los delitos contra la seguridad del Estado estén en manos de unos cuerpos nacidos de la nada hace muy pocos años y sin experiencia en antiterrorismo?
Fuera de nuestras fronteras nadie entiende que Policía Nacional y Guardia Civil hayan estado ausentes por decisión de los Mossos y que el propio Gobierno de la Nación esté siendo un mero espectador. Hay que recordar un concepto muy elemental pero que parece que algunos se resisten a admitir: que si el Gobierno no tiene en sus manos la seguridad del Estado, el Estado desaparece. En Barcelona los dos gobiernos después de apelar a la colaboración entre instituciones dieron por terminada la rueda de prensa.
Lamentablemente esa colaboración no existe: ni poca ni mucha, ni antes ni ahora; sencillamente no existe. Mientras que con las policías de otros países el intercambio de información en materia de terrorismo es fluido y sin reticencias, en España no se da. Puede que esto suene muy fuerte pero es así. Puede incluso resultar kafkiano pero un gobierno que se declara hostil al Estado español tiene en sus manos la seguridad de ese Estado en Cataluña y veta al propio Estado.
¿Pero qué pasa fuera de nuestras fronteras? En países tan descentralizados como Reino Unido, Alemania o Estados Unidos, los delitos contra la seguridad corresponde investigarlos en exclusiva a la policía del Estado. Si en Gales se comete un atentado como el del pasado 17 en Barcelona, no lo investiga la Policía de Gales, sino Scotland Yard; si se comete en Baviera no le corresponde a la Policía del Land sino a un nuevo cuerpo (Dirección 11) creado recientemente dentro de la policía federal con competencia exclusiva en materia de terrorismo, o al FBI si el atentado se comete en Michigan. Eso es lo obvio: la seguridad del Estado solo puede estar en manos del Gobierno de la Nación.
El oficio de policía, como todos los oficios, se aprende de la mano de los maestros o, por lo menos, de los que ya tienen experiencia. En Cataluña y el País Vasco, siguiendo una tradición tan hispana como es la de teorizar sobre todo y relegar a segundo plano la práctica, se crearon unas academias de policía en las que los maestros podían enseñar mucha teoría pero no cómo ha de actuar un policía porque carecían de esa experiencia. Cuando salieron a la calle no había nadie que les enseñara cómo se realiza, por ejemplo, una inspección ocular detallada porque nadie la había hecho antes; pero eso no importaba, ya irían aprendiendo.
Naturalmente tampoco nadie tenía experiencia en investigación de grupos terroristas, pero tampoco importaba, ya aprenderían. Y así hasta llegar al día 17 de agosto donde se han cometido una serie de errores de libro y de bulto muy graves que son producto de esa inexperiencia. Pero no es este el sitio, ni el momento, ni soy yo quien ha de poner de manifiesto esos fallos. La pregunta de si pudo haberse evitado el atentado quedará siempre sin respuesta, pero no creo que se haya presentado nunca una ocasión mejor, y estoy seguro que, de haber intervenido Policía Nacional o Guardia Civil, habrían actuado de forma muy distinta.
Es muy grave todo lo que ha sucedido como para intentar pasar página sin más. En mi opinión urge una rectificación en profundidad de la legislación sobre policías autonómicas. Para entender ahora esta situación conviene no olvidar que la existencia de la policía autonómica fue ideada, engendrada, creada y preparada por los mismos nacionalistas que ahora desafían al Estado; una policía al servicio de un objetivo: la independencia; una policía que se declara fuera del Estado, una policía de la que se duda si cumplirá con las leyes del Estado o apoyará los planes de los independentistas. Aunque ese no es el problema; es algo mucho más grave. No es tanto saber cómo actuará la policía autonómica, sino la propia duda. Eso es lo grave.
Cuando se duda de si un cuerpo de policía cumplirá o no con la ley, si lo que está en juego es el derecho básico de su nacionalidad, es que estamos ante una crisis de Estado. Una policía, por demás, cuya existencia, estoy convencido, no es acorde con la Constitución. Porque una de dos: o los Mossos son cuerpos de seguridad y entonces no pueden depender del Gobierno catalán, o si dependen de la Generalitat no son cuerpos de seguridad en el sentido que da la Constitución. El argumento no tiene la contundencia de un silogismo en bárbara pero se le parece mucho.
Pero esta paradoja se viene arrastrando desde otros tiempos, tiempos de mirar para otro lado, tiempos en los que Jordi Pujol cambiaba de sombrero según le convenía: ahora soy españolista, ahora catalanista. Es verdad que esto no era nada nuevo en nuestra historia. Alcalá Zamora, con la fina ironía de su tierra natal (Priego de Córdoba), en un discurso en el Congreso de los Diputados, se dirigía así a Francesc Cambó: “No se sabe si usted quiere ser el Simón Bolívar de Cataluña o el Bismarck de España, pero ambas cosas al mismo tiempo no puede ser”.
Ahora la crisis está sobre la mesa; ya no es tiempo de especulaciones ni de interpretaciones. Puede que se esté esperando al día 1 de octubre, pero ese día todo el mundo sabe que no habrá referéndum; el catalán no se va a dejar llevar al suicidio colectivo tras ningún flautista de Hamelin. Pero aunque no haya referéndum, lamentablemente hemos visto estos días que el Estado ya no está en Cataluña. Si por definición el Estado es seguridad, ese instrumento en Cataluña lo controla la Generalitat, no el Gobierno de la Nación.
Decía Balzac que “los gobiernos pasan, las sociedades mueren, la policía es eterna”. Aplicado a nuestro país se podría reformular de otro modo: si se suprime la policía desaparecerá el Estado. En eso parece que están algunos.
AGUSTÍN LINARES, EXSUBDIRECTOR OPERATIVO DEL CUERPO NACIONAL DE POLICÍA
http://www.abc.es/opinion/abci-sin-seguridad-no-estado-201708230738_noticia.html
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La indignante lista de chapuzas del 17-A que la Generalitat nos oculta
By Dolça Catalunya
La incompetència de la Generalitat ens posa en perill.
Hemos explicado que el nacionalismo tenía ya previsto que en caso de atentado el mensaje primordial sería -again- somcollonuts. Pero aunque la Generalitat nos quiera hacer creer que lo ha hecho de maravilla, poco a poco vamos comprobando que los mandos de los Mossos de Esquadra y las autoridades de Interior del gobierno catalán han actuado con una incompetencia preocupante.
Se lo hemos ido contando estos días, pero vale la pena recapitular porque esto es interminable:
1.- El miércoles 16 de Agosto se produce una explosión enorme en un chalet de Alcanar que se escuchó a varios kilómetros a la redonda. Los Mossos declararon esa explosión como “accidentental” por “acumulación de gas”. La Guardia Civil de San Carlos de la Rápita acudió inmediatamente, pero los Mossos no les dejaron ni entrar.
2.- En la casa de Alcanar aparecieron más de cien bombonas de butano y varias de acetileno. Los testimonios del vecindario daban cuenta de que la casa estaba “okupada” por un gran número de árabes. Los Mossos no consideraron otra hipótesis que la del accidente y no comunicaron ni a la Guardia Civil ni a la Policia Nacional este incidente ni les dejaron investigar.
3.- Uno de los ocupantes de la casa resultó herido y fue trasladado al hospital. Nadie le interrogó ni mucho menos le detuvo en ese momento.
4.- Ya después del atentado de Barcelona descubrieron en la casa restos de triperóxido de triacetona (TATP), el explosivo usado por las células yihadistas y cuya fórmula de fabricación difunden en sus páginas web. Ese dato hubiera puesto inmediatamente a los ocupantes de la casa en relación con un atentado.
5.- Y hubiera evitado también el imprudente desescombro de la casa de Alcanar, durante el cual se produjo otra explosión que causó 9 heridos entre bomberos y Mossos.
6.- La tarde del 17, una furgoneta irrumpe en Las Ramblas a gran velocidad. Ello es posible porque no existían barreras en la zona peatonal pese a que la Policia Nacional recomendó instalarlas antes de Navidad. Los Mossos y la alcaldesa de Barcelona se negaron a la instalación de bolardos, maceteros u otros obstáculos.
7.- El conductor del vehículo recorre 530 metros de la avenida más turística de Barcelona. Cuando sale del vehículo ningún Mosso le intercepta y puede llegar a la zona universitaria, donde al parecer secuestró un choche y asesinó a su ocupante.
8.- En la “operación jaula” una agente de los Mossos resulta arrollada por un coche. El compañero abre fuego contra el vehículo, que sorprendentemente escapa y aparece abandonado en la localidad de Sant Just. Se informa de que el conductor ha sido abatido por los disparos del agente y ha muerto por impacto de bala. Luego se descubre que el difunto estaba sentado en el asiento del copiloto y que murió por apuñalamiento de arma blanca. El vehículo no tenía ni un solo impacto de los diez tiros disparados. Pasadas diez horas se dan cuenta de que el difunto no tenía nada que ver con el atentado y que el conductor está huido.
9.- El portavoz de los Mossos informa que descartan más atentados, y que todos los esfuerzos van dirigidos a localizar a los sospechosos del atentado de Las Ramblas.
10.- En Cambrils un coche con cinco marroquíes pretende repetir el atentado de Las Ramblas, posiblemente en el paseo marítimo de Salou, lleno de gente a esas horas de la noche, y presumiblemente por el método del acuchillamiento indiscriminado como en Londres. El Audi A3 recibe el alto de una pareja de los Mossos, pero no se detiene y vuelca en la rotonda inmediata al control. Cuatro de los ocupantes salen del vehículo y atacan al Mosso que les controlaba. Resulta que este había sido militar en la Legión y mata a tiros a los 4 yijadistas en un instante.
11.- El quinto terrorista sale corriendo y es interceptado por una pareja de Mossos que se desplazaban en un coche camuflado. A este le da tiempo a degollar a una señora que pasaba por allí y es disparado por los Mossos que, a 5 metros, consiguen alcanzarle con 3 de los 11 tiros que dispararon.
12.- Se descubre que todo empezó en una mezquita de Ripoll, en la que actuaba como imam un marroquí ex presidiario de la cárcel de Tarragona, Abdelbaqui Es Satti, del que se sabía que había tenido relación con los terroristas del 11-M. El imam y otros terroristas habían viajado a Bélgica, Francia y Suiza, pero no estaba controlado por los Mossos. Ripoll es un pueblo de 10.000 habitantes en el que, por lo visto, las autoridades de Interior de Cataluña no sabían qué clase de tipo andaba dirigiendo una mezquita.
13.- Desde el momento del atentado se venía buscando a un niño australiano de 7 años, cuya desaparición había denunciado su familia tras el atentado. 2 días más tarde los Mossos informan que está en un hospital y que no hay ninguna víctima no localizada. Medio día más tarde los Mossos informan de que el niño en realidad está muerto y que falleció en el atentado.
Todo el afán de las autoridades nacionalistas, incluidos los mandos de los Mossos, ha sido excluir a la Guardia Civil y a la Policía Nacional de la investigación del atentado; tratar de presentarse ante el mundo como un estat independent, y fingir una eficacia muy lejos de la realmente demostrada.
La Generalitat ha volgut fer política amb 15 morts i més de 100 ferits. Y con nuestra seguridad no se juega, sr. Puigdemont.
¿En manos de quién está nuestra seguridad, sres. Puigdemont, Forn, Soler y Trapero?
https://www.dolcacatalunya.com/2017/08/la-indignante-lista-chapuzas-del-17-la-generalitat-nos-oculta/
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Recordando.
¿DE QUIÉN HABLAMOS?
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/09/140904_que_es_estado_islamico_amv
Blas
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Los franceses son diferentes. Para empezar creen más en su propia cultura y eso les da fuerza para luchar con más ahínco contra esta guerra religiosa. Y, por supuesto, tienen más cojones enfrentándose directamente al problema y llamando por su nombre a los culpables. Nosotros sólo vamos de mártires y mirando al cielo. Que curioso, un país que cada vez critica más la fe en Cristo y todo lo que se hace en su nombre, mirando al cielo. Por cierto, seguro que los musulmanes también estarán mirando a su cielo. Lo que no sabemos es con qué propósito.
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Las chapuzas han sido terribles. Y gracias a ellas se ha sembrado el caos en Barcelona, y Cataluña ha quedado fatal ante el mundo. Pero, paralelamente, a España se le ha quedado la cara roja de vergüenza. Los franceses deben de estar muy contentos con su política centrista, con ella consiguen aglutinar el país para lo bueno y lo malo que venga, se ahorran muchos gastos que se tendrían que pagar mediante préstamos, y su eficacia en seguridad nacional está más asegurada. Y eso que nos doblan en musulmanes.
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¿Cómo es posible que una región con un gobierno de desleales y descerebrados secesionistas que está chantajeando y puteando a España continuamente, en un ataque terrorista de estas dimensiones sean capaces de mandar a cagar a las fuerzas de seguridad del estado y se queden dirigiendo el cotarro? Muy fácil: porque no hay estado.
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Los catalanes, entre su “procés” patológico y las cagadas de los Mossos de Cartabón, perdón, de Escuadra, se han empeñado en volver loca a su gallina de los huevos de oro: el turismo.
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No tens por, company?
Santiago González en El Mundo, 240817
“Noticias muy preocupantes desde Barcelona”, escribía el jueves Arnaldo Otegi en su cuenta de Twitter. En la misma red, Pedro Sánchez se confesaba “muy preocupado por las noticias que nos llegan desde Barcelona. No hay dos sin tres, Pablo Iglesias explicaba su estado de ánimo y el de los suyos: “Muy preocupados por lo ocurrido en la Rambla de Barcelona”. Podría parecer un error adjetivo, pero es de carácter sustantivo. El malogrado Moncho Alpuente les habría aclarado que “la situación es alarmante, pero no preocupante, porque preocupándonos no llegamos a ninguna parte”. No desde luego en una tragedia como la matanza de las Ramblas. Pío Baroja, un experto, trató la preocupación en términos sarcásticos al describir el ajusticiamiento del Canelo en el garrote vil: ya sentado en el palo, con el collarín puesto, el verdugo hace girar el manubrio: “catorce vueltas le ha dao/ y el reo se ha preocupao”.
El atentado nos ha dejado 15 víctimas mortales (de momento), más de un centenar de heridos y un gran desorden de palabras. El que acabo de citar es uno. Hay es otro en el lema de la manifestación que pasado mañana se va a celebrar en Barcelona: “No tinc por” (no tengo miedo). Empeño pundonoroso, pero irreal. Hay que tener miedo, lo razonable es tener miedo al terrorismo. No tanto como para desistir de nuestras obligaciones, pero suficiente para adoptar medidas de precaución, un suponer los bolardos, que no van a disuadir a los asesinos de las furgonetas, pero se lo van a dificultar. Pese a lo que crea la señora Colau, el bolardo no es la principal amenaza de nuestras libertades.
La izquierda preocupada. Siempre he pensado que Pablo Iglesias está muy sobrevalorado intelectualmente. Pedro, no. A Sánchez todo le mundo le va cogiendo la medida. Otegi no tiene motivos para estar preocupado. Los suyos siguen siendo plusmarquistas desde hace 30 años en la misma Barcelona, con seis víctimas mortales más. “La raza degenera”, le decía Pepe Isbert a Nino Manfredi en ‘El verdugo’.
El desorden de las palabras lleva al desorden protocolario. La alcaldesa de Barcelona quiere que la cabeza de la manifestación sea para el pueblo, encarnado en los servicios de emergencias (el Samur, el teléfono 112, los paseantes en Ramblas y también los Mossos d’Esquadra). El Rey que vaya en una fila más discreta. Ella misma no tiene inconveniente en ir a la cola, exactamente el lugar que humanamente le correspondería. Un P de f.-Los últimos de la fila, versión Colau. gesto de coquetería: el Rey y ella a la misma altura. Recuerdo a Inmaculada Colau tachando de ‘criminal’ en sede parlamentaria (febrero de 2013) al vicepresidente de la Asociación Española de la Banca, sin que haya llamado tal cosa, que se sepa, a los asesinos de las Ramblas o a los etarras.
Ya veremos si apeamos de la cabeza al policía autonómico que mató a cuatro de los cinco terroristas de Cambrils. Tiene un pasado legionario, no es trigo limpio, aunque fue el único que supo qué hacer el jueves ante los terroristas. Lluís Llach, cuando aún tenía riego cantaba al miedo: “tinc por, company; tens por, company” (tengo miedo, tienes miedo) con un par de versos que parecen pensados para describir el horror de las Ramblas, “Cavalls damunt del pit/ olor de cos ferit” (Caballos sobre el pecho/olor de cuerpo herido). Yo tengo miedo, compañero. No a las torpezas de los mossos, sí a las negligencias de sus mandos, ese consejero de Interior que clasifica a las víctimas entre catalanas y españolas y sostiene que es lo que le pide su gente. A ese Puigdemont que considera los atentados como un test para probar nuestra capacidad de asumir la independencia, pese a que una docena de musulmanes vivan de okupas durante seis meses y almacenen 106 bombonas de butano sin que nadie se mosquee. A esa alcaldesa de Barcelona que pagaba la luz a sus okupas. Miedo a la maldad de los terroristas y a la incapacidad y la negligencia de los gobernantes. Tengo miedo, compañero y si tú eres catalán, deberías tenerlo aún con más motivo.
https://santiagonzalez.wordpress.com/2017/08/24/no-tens-por-company/
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/elblogdesantiagogonzalez/2017/08/24/no-tens-por-company.html
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Dos portadas, dos maneras de ver el mundo. Siempre se puede aprender de los vecinos.
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Muy bueno, como siempre, Santiago González.
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Pingback: CAT: Charlie Ebdo y El Jueves: dos formas, dos fondos — El Quicio de la Mancebía [EQM] | Divagaciones ¿irreales?