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[Colaboración especial de El Xiquet de Columbretes].
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Relato breve, en 5 entregas
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[Anterior: 4/5 – Otras positividades]
5/5 – Conclusión
Por último, inciden los que saben del tema, la importancia que tiene para el aquejado abrigar esperanzas sin dudar y, sobre todo, sentir el aprecio de los suyos, vivir en armonía con su entorno familiar, el amor como terapia perfecta. Ya decía Moritz que la pareja que se refuerza en los momentos de vulnerabilidad a través de la relación amorosa que despierta el consuelo, apoyo y la compasión, potencia la curación increíblemente. Tender la mano, coger la mano; rozar y ser rozado con verdadero cariño: “El poder curativo de la caricia”.
Yo en este apartado he tenido mucha suerte, tengo un ambiente muy cordial que rebosa alegría de coexistir. Vivo con mi mujer, y mi suegro de noventa y ocho años que con su sola presencia me convierte en un joven de ochenta, y creo que nuestra unión está basada en entender que “el amor es la pasión por la dicha del otro”.
Eso es todo, dijo con orgullo, finalizando su relato.
— Está bien, -proseguí mirándole con fijación- te veo delgado pero muy fuerte y ágil, animoso y convencido de que tu cambio integral ha sido muy beneficioso para tu cuerpo y espíritu. Me alegro un montón. Has dicho cosas interesantes y creo que pueden ayudar a mucha gente que, como te sucedió a ti, se encuentran en algún bucle mental debido a algún giro brusco y cancerígeno que les amenaza su inmediato futuro.
Mientras no dejaba de observarle me fijé en una pulsera de piedras esféricas de colores que mostraba en su muñeca izquierda, y le pregunté de que se trataba, a lo que me respondió: “son tres piedras protectoras: amatista, malaquita y prenhita, las tres poderosas curativas.” Y, extrayendo de su pecho un colgante oscuro me dijo: “y ésta más grande es la piedra crisantemo, es tremendamente útil para dispersar toxinas y disolver tumores. No hay que olvidarse de que es bueno llevar amuletos bendecidos por la energía universal.”
Entonces, metiéndose la mano en el bolsillo extrajo una pequeña piedra negra brillante e irregular con orgullo: “es cristal de shungit, un mineral de la Nueva Era, un verdadero agujero negro protector que se traga todas las energías y egrégores nocivos, incluso las ondas electromagnéticas maliciosas. La shungit, si la introduces en un vaso de agua del grifo obtienes un auténtico “elixir de vida”.
Ante tal exposición protectora le dije con cierta guasa: “Creo que habrá poca gente que vaya tan protegida como tú por esta ciudad” A lo que me sonrió sudoroso con unos ojos iluminados que parecían alegrarse.
Durante los últimos minutos en los que estuve atento a lo que narraba con verdadero énfasis continuado mi amigo “Meravetis”, no me percaté que el cielo mudó abriéndose con descaro y reluciendo con tanta intensidad que las sombras eran agujeros codiciados repletos de gente intentando refrescarse un poco.
— Bueno, -proseguí- después de todo lo que me has contado ¿te queda algún detalle que pudiera ser de utilidad para los futuros lectores?
Entiendo que he descrito lo más significativo…; no obstante, quizás me gustaría mencionar que si tuviese que elegir un libro único para entrar en materia de manera fácil, rápida y práctica sería: “Mis recetas anticáncer”, de la Dra. Odiule Fernández, un buen libro que habla de métodos y técnicas desde la experiencia personal.
Y, por supuesto, señalar la importancia que tiene la disposición a agarrotar los malos hábitos para mejorar. Es la base de todo cambio positivo que forma parte de la lucha de supervivencia del ser humano. Hay una frase brillante que encierra el secreto para afrontar esta enfermedad:
El pesimista se queja del viento.
El optimista espera que cambie.
El realista ajusta las velas
Guillen George Ward. Del libro “Inteligencia del alma” de José María Doria
Cuando hubo finalizado, y después de mirar su pequeño reloj de bolsillo, se irguió de inmediato maldiciendo lo rápido que pasa el tiempo. Fue entonces cuando me dio un abrazo.
— Gracias por tu charla viejo amigo, hasta siempre -le dije.
Su caminar, seguro y ágil, lo llevó en un instante muy lejos, hasta perderlo en el horizonte del asfalto, donde en los días de calor se crean visiones. Y su figura se reflejó en un lago de agua sosegada, ficticia, ilusoria, hasta desaparecer.
[Fin del relato. Aquí, el texto al completo]
Enrique Masip Segarra [2018]. © Todos los derechos reservados.
enriquemasipsegarra.wordpress.com
enmasecs@hotmail.com
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De ‘Materia Medica‘, en idioma árabe. España, siglo XII-XIII. Obra escrita por Dioscórides, «sobre la preparación, propiedades y pruebas de drogas», precursora de la farmacopea moderna. Describe unas 600 plantas medicinales, 90 minerales y alrededor de 30 sustancias de origen animal.
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