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⚖️ *UN JURADO «POPULAR»* 🟣🔻🔴 *HA DECLARADO CULPABLE AL LIBRERO OCTOGENARIO QUE DISPARÓ AL ASALTANTE QUE ENTRÓ EN SU CASA.* Pepe Lomas de 81 años disparó contra *Nelson David Ramirez, un hondureño de 35 años con un amplio historial delictivo, **45 detenciones, 36 antecedentes en la Policía Nacional y 9 en la Guardia Civil.* Como consecuencia de los dos disparos que efectuó Pepe, el delincuente falleció en el acto. «`La acusación particular, que reclamaba 25 años por asesinato, ha modificado su petición a siete años y medio de cárcel y ha mantenido la indemnización solicitada para los familiares de Nelson David: 236.000 euros. La defensa, que en principio pedía la absolución, ha solicitado que se aplique la pena más baja correspondiente al delito de homicidio doloso y teniendo en cuenta el atenuante de confesión, y ha anunciado que presentará recurso.«` *¿Estas de acuerdo con esta sentencia*❓ *RENDIRSE NO ES OPCIÓN*  ⚔️ *Telegram*🇪🇸 https://t.me/+TkFbAAGO03Zc3Aab *WhatsApp* 🇪🇸 https://whatsapp.com/cha

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El Gobierno bajará del 21% al 4% el IVA de la prensa y libros ...

Revista de de opinión en prensa

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La sombra de la amenaza nuclearUn mural representa al presidente Joe Biden como un superhéroe que defiende a Israel, en una calle de Tel Aviv. LEO CORREA / AP

Felipe Sahagún en El Mundo, 150424

El ataque iraní es un peldaño más en la escalada de tensión regional que se vive en Oriente Próximo desde el pasado 7 de octubre. Muy peligroso, pero se trató de una acción diseñada para ser neutralizada sin apenas daños. El paso siguiente dependerá de la respuesta israelí y estadounidense.

Israel, gracias a la ayuda de Washington, ha podido declarar un éxito su bloqueo del ataque sin precedentes iraní, y Teherán, con su telegrafiada demostración de fuerza, cumplió la amenaza de sus dirigentes de vengarse de los ataques de Tel Aviv de las últimas semanas, sobre todo los del 25 de diciembre y 1 de abril, en los que murieron tres de los principales dirigentes de Al Quds, el brazo armado exterior de los Guardianes de la Revolución Islámica.

A diferencia de la represalia de enero de 2020 contra dos bases estadounidenses en Irak tras el asesinato del entonces jefe de Al Quds, Qasem Soleimani, por aviones no tripulados estadounidenses cerca de Bagdad, el régimen iraní ahora se sentía obligado a atacar directamente a Israel, responsable de los últimos ataques a sus militares y a su embajada en Damasco, para no trasmitir debilidad ante aliados y adversarios.

Hacerlo sin provocar, como en 2020, ninguna muerte y sólo heridas graves en una persona, a pesar de tener medios suficientes para una respuesta mucho más destructiva, indica que, aunque cada vez más frágil, todavía funciona una disuasión mínima, producto del miedo, entre los principales contendientes.

Observadores veteranos del conflicto, como el enviado especial de EL MUNDO Javier Espinosa, no están tan seguros. «La parte racional difícil usar esa palabra con una teocracia como Irán ha intentado salvar la cara con un ataque telegrafiado para no expandir la guerra», señalaba en un tuit, y añadía: «Ahora estamos en manos del maquiavélico Netanyahu, capaz de sacrificar hasta el último israelí para seguir en el poder».

La pregunta más difícil es si esta contención, cada día más débil, desaparecería por completo o se reforzaría si Irán efectúa su primera prueba nuclear y demuestra que está en condiciones de cargar algunos misiles con ojivas atómicas.

En un discurso en Lancaster House el 15 de enero, el ministro británico de Defensa, Grant Shapps, declaraba que Irán ya ha conseguido uranio enriquecido al 83,7%. El umbral para el arma nuclear está en el 90%. En sus últimos análisis, David Albright, físico y fundador del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, cree que Irán lo puede conseguir en pocas semanas o meses.

Israel y Estados Unidos han librado una guerra con Irán en la sombra por tierra, mar, aire y el ciberespacio prácticamente desde la caída del sha en 1979. En esa contienda, más o menos encubierta, Israel ha destruido instalaciones militares y nucleares iraníes dentro y fuera de Irán, y ha matado a docenas de científicos y oficiales iraníes, pero nunca se ha producido un enfrentamiento militar directo.

El miedo de Teherán a represalias masivas de adversarios mucho más fuertes y el efecto disuasorio del ejército iraní con casi 600.000 soldados en activo y unos 200.000 en la reserva entre sus fuerzas armadas y los Guardianes de la Revolución Islámica según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IIEE) citados por el New York Times, cada cuerpo con sus fuerzas de tierra, mar y aire separadas han logrado evitar una guerra generalizada.

Hasta ahora, según el citado periódico, Israel había sido atacado por Hamas y Hizbulá con cohetes Grad (de 25 a 50 kilómetros de alcance y bastante imprecisos), con los M-302 sirios, que pueden llegar a los 160 kilómetros, y con los Fajr-5 o similares iraníes en poder de Hamas, que pueden llegar a 80 kilómetros.

En su ataque del sábado con 185 drones, 36 misiles crucero y 110 balísticos tierra-tierra, según militares israelíes, Fabian Hinz, del IIEE, cree que Irán utilizó el Paveh 351, un misil crucero desarrollado por los Guardianes de la Revolución, con un alcance de casi 2.000 kilómetros. Cada uno de estos misiles puede llevar 1.000 kilos de explosivos. Irán ha proporcionado versiones distintas de estos misiles a los hutíes en Yemen y a las Fuerzas de Movilización Popular de Irak, dos de los principales miembros, con Hizbulá y Hamas, de su eje de resistencia regional.

Tras el ataque del sábado, el presidente estadounidense, Joe Biden, habló durante 25 minutos con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu y, según altos funcionarios estadounidenses, le pidió moderación para evitar que la escalada militar que sufre la región desde el ataque de Hamas a Israel se le vaya de las manos.

La cuenta de Biden en X (antigua Twitter) publicó un mensaje de madrugada con tres puntos principales: que el ataque iraní procedía de bases en Yemen, Siria e Irán; que gracias al despliegue estadounidense de aviones y destructores con misiles balísticos en la zona durante la semana pasada, «hemos ayudado a Israel a derribar casi todos los drones y misiles iraníes»; y que Estados Unidos coordinaría una respuesta diplomática con sus colegas del G-7.

Por otra parte, el ataque iraní desvía la atención internacional de los crímenes israelíes en Gaza y recupera el apoyo público de Biden, que se estaba distanciando por la pérdida del voto joven y árabe en estados decisivos en las presidenciales del 5 de noviembre, como Míchigan.

Aunque ninguno de los misiles y drones lanzados por Irán se dirigió contra fuerzas o instalaciones estadounidenses, EEUU se mantiene alerta ante cualquier amenaza y Biden ha dejado claro que no dudará en adoptar «todas las medidas necesarias para proteger a los nuestros».

Eso sí, Biden le habría dicho a Netanyahu que EEUU no apoya una represalia israelí contra Irán. Como advirtió nuestro corresponsal en Washington, Pablo Pardo, se repite una situación similar a la de 1991, cuando Irak lanzó 42 misiles contra Israel, muchos de los cuales fueron derribados por baterías Patriot manejadas por soldados de EEUU.

La Administración Bush (padre) evitó entonces que Israel respondiera militarmente contra el régimen de Sadam Husein, lo que hubiera roto la gran coalición internacional tejida con tanto éxito por el entonces secretario de Estado James Baker desde la entrada de los tanques iraquíes en Kuwait el 31 de julio de 1990 hasta el inicio de la fase aérea de la guerra, el 17 de enero de 1991.

El problema es que Netanyahu no es Isaac Shamir ni Biden tiene la influencia internacional que tenía George H. W. Bush tras la caída del Muro de Berlín.

Si cede a las presiones de Biden, Netanyahu, el peor primer ministro en la historia de Israel, seguramente perdería el apoyo de los ministros más extremistas de su coalición y tendría que convocar elecciones anticipadas.

Con su popularidad por los suelos, todas las encuestas anticipan su derrota. Perdería la inmunidad, volvería al banquillo de los acusados por corrupción y podría acabar en la cárcel. A corto plazo, la amenaza de una guerra refuerza tanto a Netanyahu como al régimen de los ayatolás.

Como último apunte, cabe señalar que el ataque iraní y el cierre de filas de las principales potencias occidentales con Israel frente a Irán deja en una posición mucho más débil al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en su intento de movilizar apoyo al reconocimiento diplomático de un Estado palestino.

La cuestión es cómo evolucionará el choque Israel-Irán si Teherán efectúa su primera prueba y demuestra que está en condiciones de cargar misiles con ojivas atómicas

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Los sistemas de la Cúpula de Hierro derriban drones iraníes.
Los sistemas de la Cúpula de Hierro derriban drones iraníes.AMIR COHENREUTERS

Un bombardeo anunciado y teatral que deja más información que daños

Ambos pueden sentirse satisfechos con un ataque muy medido: Israel presume de haber derribado el 99% de drones y misiles, pero Teherán logró abrir una brecha con siete impactos

Alberto Rojas en El Mundo, 150424

En el plano militar, la operación iraní de ayer fue lo suficientemente contundente en número de misiles y drones como para que los ultras del régimen de los ayatolás quedaran satisfechos, pero lo suficientemente anunciada y teatralizada para que Israel la frenara con su Cúpula de Hierro sin que causara daños considerables. Por eso ayer la sensación fue de alivio tanto en las calles de Teherán como en las de Tel Aviv. Cada uno puede cantar victoria a su manera en esta competición de salvas en la que se ha convertido esta disputa.

El ataque siguió el manual que Rusia ha perfeccionado en Ucrania durante año y medio a la hora de atacar objetivos bien defendidos a larga distancia, ya sean militares o civiles, cosa que Moscú hace cada semana, a veces durante varios días seguidos. Con esa experiencia, Irán aplicó los mismos principios: lanzar un ataque con un enjambre de drones para saturar las defensas.

El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) escribe: «El ataque iraní con drones y misiles contra Israel muestra que Irán está aprendiendo de los rusos y los hutíes para desarrollar paquetes de ataques cada vez más peligrosos y eficaces contra Israel y EEUU».

Eso crea dilemas en las diferentes capas antiaéreas del país atacado y hace que la munición se consuma rápido, lo que provoca que tengas que recargar, con el consiguiente tiempo perdido en volver a preparar las lanzaderas de misiles. En coordinación con los drones, lentos y previsibles, llegan los misiles de crucero, cuya trayectoria es paralela al suelo, y los misiles balísticos, que ganan altura en su lanzamiento, a veces para salir incluso de la atmósfera terrestre, para precipitarse después hacia su objetivo a gran velocidad.

Según Israel, ninguno de los 170 drones Shahed 136 consiguió impactar en un blanco, aunque su verdadero objetivo fuera distraer a las fuerzas israelíes. Con ese número de aviones no tripulados, el ataque de ayer fue el mayor ataque con drones de la historia. Rusia suele usar de 30 a 40 Shaheds en cada bombardeo, nunca más de 100.

¿Por qué se usa esta coreografía de proyectiles? Los drones crean un corredor por el que deben entrar los misiles balísticos. Irán lanzó 110 de estos artefactos y unos 36 de crucero. Sólo siete impactaron en tierra, aunque el único lugar en el que parece que causaron daños menores fue en la base aérea de Nevatim.

Israel contó ayer con todas las capas de su Cúpula de Hierro funcionando a la vez con sus sistemas Arrow 3, Arrow 2, Patriot y David Sling. Además, contó con los más modernos cazabombarderos israelíes, británicos y estadounidenses ayudando en la intercepción de misiles y drones (derribaron hasta 73 Shaheds en vuelo), con los que Israel consiguió detener el 99% del total. Un gran éxito. Quedará para la historia la imagen de uno de los misiles balísticos iraníes interceptado por un Arrow 3 más allá de la atmósfera, dejando una explosión con forma esférica.

¿Se podría haberse bastado por sí sola la Cúpula de Hierro sin la ayuda de los aviones de sus aliados para detener el ataque? Nunca lo sabremos, aunque sí sabemos que Irán puede usar mucho más armamento una misma noche del que utilizó ayer.

La prensa israelí habla de victoria militar, lo que puede minimizar la sed de venganza del Gobierno de Netanyahu. Según el think tank INSS, especializado en asuntos de Defensa en Israel, «todo funcionó perfectamente: inteligencia preliminar por parte de la Dirección de Inteligencia Militar, un sistema de detección eficaz y el excelente sistema de interceptación de la Fuerza Aérea de Israel», pero matiza:

«Estratégicamente, la situación es más compleja: Israel y EEUU no lograron disuadir a Irán de atacar. Irán logró dañar a Israel sin obligar a EEUU a atacar en respuesta con la cooperación de Israel. Israel actuó por primera vez como parte de una coalición. Esto es eficaz e importante, pero limita su libertad de respuesta».

Militarmente, Israel no actuó solo. El ataque de Irán supone una jugada redonda para Netanyahu: nadie habla de Gaza y recupera, aunque con condiciones, el apoyo de Washington. y Londres.

Fabian Hoffman, analista de Defensa del Proyecto Nuclear Oslo, cree que «el ataque con misiles de Irán vuelve a poner de manifiesto que las guerras modernas son guerras de misiles. Una defensa antimisiles eficaz y capacidades creíbles de contraataque son cruciales para disuadir a los adversarios».

¿Cuál es el punto de vista de Irán? Pues que el objetivo también se cumplió. Teherán tomó buena nota del comportamiento de las defensas antiaéreas de sus enemigos lanzando una mayoría de salvas de drones y misiles hacia el sur de Israel destinados a caer en el desierto, lo que minimiza el riesgo de una matanza por error en alguna gran ciudad que pudiera provocar una escalada.

Aún así, a pesar de la tupida red de tres capas de la Cúpula de Hierro y de todos los cazas aliados que sobrevolaron Jordania para derribar proyectiles en vuelo, Irán consiguió abrir una brecha en el cielo israelí para que siete misiles balísticos alcanzaran sus objetivos. No es un número menor si esos misiles hubieran estado destinados a destruir blancos de gran importancia. Ahora Irán ya sabe cuál puede ser la combinación correcta para llevar a cabo otros ataques que resulten más exitosos.

«El ataque de Irán fue mayor de lo esperado pero parecía calibrado para evitar una represalia israelí. Teherán dice que fue una respuesta proporcionada a los ataques contra el recinto de su embajada en Damasco», opina Raz Zimmt, analista del Centro de Estudios Nacionales para Estudios Iraníes de la universidad de Tel Aviv.

Irán no usó ningún arma nueva de su arsenal, sino todas las que Israel ya conoce. En cambio, Israel tuvo que poner en marcha todas las capacidades de su Cúpula de Hierro. Y eso es información muy valiosa para Teherán.

En el plano militar, la operación iraní de ayer fue lo suficientemente contundente en número de misiles y drones como para que los ultras del régimen de los ayatolás quedaran satisfechos, pero lo suficientemente anunciada y teatralizada para que Israel la frenara con su Cúpula de Hierro sin que causara daños considerables. Por eso ayer la sensación fue de alivio tanto en las calles de Teherán como en las de Tel Aviv. Cada uno puede cantar victoria a su manera en esta competición de salvas en la que se ha convertido esta disputa.

El ataque siguió el manual que Rusia ha perfeccionado en Ucrania durante año y medio a la hora de atacar objetivos bien defendidos a larga distancia, ya sean militares o civiles, cosa que Moscú hace cada semana, a veces durante varios días seguidos. Con esa experiencia, Irán aplicó los mismos principios: lanzar un ataque con un enjambre de drones para saturar las defensas.

El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) escribe: «El ataque iraní con drones y misiles contra Israel muestra que Irán está aprendiendo de los rusos y los hutíes para desarrollar paquetes de ataques cada vez más peligrosos y eficaces contra Israel y EEUU».

Eso crea dilemas en las diferentes capas antiaéreas del país atacado y hace que la munición se consuma rápido, lo que provoca que tengas que recargar, con el consiguiente tiempo perdido en volver a preparar las lanzaderas de misiles. En coordinación con los drones, lentos y previsibles, llegan los misiles de crucero, cuya trayectoria es paralela al suelo, y los misiles balísticos, que ganan altura en su lanzamiento, a veces para salir incluso de la atmósfera terrestre, para precipitarse después hacia su objetivo a gran velocidad.

Según Israel, ninguno de los 170 drones Shahed 136 consiguió impactar en un blanco, aunque su verdadero objetivo fuera distraer a las fuerzas israelíes. Con ese número de aviones no tripulados, el ataque de ayer fue el mayor ataque con drones de la historia. Rusia suele usar de 30 a 40 Shaheds en cada bombardeo, nunca más de 100.

¿Por qué se usa esta coreografía de proyectiles? Los drones crean un corredor por el que deben entrar los misiles balísticos. Irán lanzó 110 de estos artefactos y unos 36 de crucero. Sólo siete impactaron en tierra, aunque el único lugar en el que parece que causaron daños menores fue en la base aérea de Nevatim.

Israel contó ayer con todas las capas de su Cúpula de Hierro funcionando a la vez con sus sistemas Arrow 3, Arrow 2, Patriot y David Sling. Además, contó con los más modernos cazabombarderos israelíes, británicos y estadounidenses ayudando en la intercepción de misiles y drones (derribaron hasta 73 Shaheds en vuelo), con los que Israel consiguió detener el 99% del total. Un gran éxito. Quedará para la historia la imagen de uno de los misiles balísticos iraníes interceptado por un Arrow 3 más allá de la atmósfera, dejando una explosión con forma esférica.

¿Se podría haberse bastado por sí sola la Cúpula de Hierro sin la ayuda de los aviones de sus aliados para detener el ataque? Nunca lo sabremos, aunque sí sabemos que Irán puede usar mucho más armamento una misma noche del que utilizó ayer.

La prensa israelí habla de victoria militar, lo que puede minimizar la sed de venganza del Gobierno de Netanyahu. Según el think tank INSS, especializado en asuntos de Defensa en Israel, «todo funcionó perfectamente: inteligencia preliminar por parte de la Dirección de Inteligencia Militar, un sistema de detección eficaz y el excelente sistema de interceptación de la Fuerza Aérea de Israel», pero matiza:

«Estratégicamente, la situación es más compleja: Israel y EEUU no lograron disuadir a Irán de atacar. Irán logró dañar a Israel sin obligar a EEUU a atacar en respuesta con la cooperación de Israel. Israel actuó por primera vez como parte de una coalición. Esto es eficaz e importante, pero limita su libertad de respuesta».

Militarmente, Israel no actuó solo. El ataque de Irán supone una jugada redonda para Netanyahu: nadie habla de Gaza y recupera, aunque con condiciones, el apoyo de Washington. y Londres.

Fabian Hoffman, analista de Defensa del Proyecto Nuclear Oslo, cree que «el ataque con misiles de Irán vuelve a poner de manifiesto que las guerras modernas son guerras de misiles. Una defensa antimisiles eficaz y capacidades creíbles de contraataque son cruciales para disuadir a los adversarios».

¿Cuál es el punto de vista de Irán? Pues que el objetivo también se cumplió. Teherán tomó buena nota del comportamiento de las defensas antiaéreas de sus enemigos lanzando una mayoría de salvas de drones y misiles hacia el sur de Israel destinados a caer en el desierto, lo que minimiza el riesgo de una matanza por error en alguna gran ciudad que pudiera provocar una escalada.

Aún así, a pesar de la tupida red de tres capas de la Cúpula de Hierro y de todos los cazas aliados que sobrevolaron Jordania para derribar proyectiles en vuelo, Irán consiguió abrir una brecha en el cielo israelí para que siete misiles balísticos alcanzaran sus objetivos. No es un número menor si esos misiles hubieran estado destinados a destruir blancos de gran importancia. Ahora Irán ya sabe cuál puede ser la combinación correcta para llevar a cabo otros ataques que resulten más exitosos.

«El ataque de Irán fue mayor de lo esperado pero parecía calibrado para evitar una represalia israelí. Teherán dice que fue una respuesta proporcionada a los ataques contra el recinto de su embajada en Damasco», opina Raz Zimmt, analista del Centro de Estudios Nacionales para Estudios Iraníes de la universidad de Tel Aviv.

Irán no usó ningún arma nueva de su arsenal, sino todas las que Israel ya conoce. En cambio, Israel tuvo que poner en marcha todas las capacidades de su Cúpula de Hierro. Y eso es información muy valiosa para Teherán.

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A small, black disk surrounded by a bright, white halo suspended in a mostly dark sky over the still waters of a lake in which dim, golden light from the horizon is reflecting. There are dark hills and mountains beyond the lake.Si te perdiste el eclipse solar total del lunes, que maravilló a las personas en lugares como Burlington, Vermont, tendrás la oportunidad de ver otro a partir de 2026, 

Irán, Israel y un mundo expectante

Irán lanzó cientos de misiles y drones en un amplio ataque contra Israel el fin de semana.

Casi todos los proyectiles fueron derribados por el ejército israelí con la cooperación del Reino Unido, Estados Unidos y Jordania; sin embargo, una niña de 7 años llamada Amina al-Hasoni resultó gravemente herida.

Hay que recordar que las hostilidades entre ambos países se agudizaron luego de un bombardeo israelí a la Embajada de Irán en Damasco, la capital siria, el 1 de abril en el que murieron siete altos mandos militares iraníes.

Al escribir este boletín, las autoridades israelíes debatían sobre cómo responder, en parte porque distintos actores internacionales —entre ellos EE. UU., el secretario general de la ONU y la Unión Europea— pidieron mesura.

El lunes, en comentarios televisados, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel dijo a los soldados: “Estamos analizando nuestros pasos. Se responderá al lanzamiento de tantos misiles, misiles de crucero y drones hacia territorio israelí”.

Existe temor sobre una escalada regional en una zona que ya sufre los embates de la guerra en Gaza. En el enclave, el ejército de Israel se enfrenta a Hamás, un grupo que recibe financiamiento y armas iraníes. Durante meses, la población civil palestina ha experimentado niveles extremos de violencia y hambre..

También existe inquietud en torno a las capacidades militares de Irán. Aunque, en 2015, el país accedió a deshacerse de la mayor parte de su armamento nuclear, en ese entonces China y Rusia apoyaban la iniciativa de desarme liderada por EE. UU.

Sin embargo, Pekín y Moscú ahora parecen más alineados con Teherán y su “eje de la resistencia” contra un liderazgo mundial de Washington.

Israel había atacado a funcionarios iraníes sin sufrir represalias directas por parte de Irán, sin embargo, dicha suposición fue revertida por los ataques del sábado.

“Creo que calculamos mal”, dijo Sima Shine, exjefa de investigación del Mosad, la agencia de inteligencia exterior de Israel.“La experiencia acumulada de Israel es que Irán no tiene buenos medios para tomar represalias”, añadió Shine.

Desde Jerusalén y Tel Aviv, los reporteros del Times Liam Stack y Sheera Frenkel reportaron un lunes de calma y cierto fastidio de la población con sus dirigentes.

“Estamos hartos y cansados de su gobierno”, dijo una transeúnte comentando sobre el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. “Es hora de que Bibi deje de mandar a nuestros maridos e hijos a pelear sus guerras”.

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La UE y Ucrania si gana Trump
Raúl Arias
 [España, 1969]

La UE y Ucrania si gana Trump

Gustavo Palomares Lerma en El Mundo, 170424

La Unión Europea debe prepararse para una victoria de Donald Trump. Con la guerra abierta en Ucrania -probablemente en el momento más crítico para la posición defensiva de este país y ante el chute de confianza que a Putin le ha brindado su reelección-, el riesgo para la seguridad y para el mantenimiento del apoyo a Kiev es alto si al mismo tiempo Europa debe afrontar una crisis dentro de la OTAN y con una eventual Administración republicana.

Una crisis como la que ya se produjo con Trump a lo largo de su mandato, especialmente durante sus visitas a Europa en 2017 y 2018. Esa crisis fue la más profunda en el seno del pacto transatlántico y la de mayor distancia con Washington desde 2003.

Basta un repaso a los principales actos públicos del candidato Trump en las primarias y a su propuestas para comprobar que, después de muchas tensiones internas, el Partido Republicano se ha plegado a los presupuestos trumpistas y a los enfoques más simplificadores del populismo alternativo, representado por movimientos antisistema como QAnon, Alt-Right y Pizzagate, junto con la puesta al día de muchos de los principios clásicos del Ku Klux Klan.

Todos estos grupos ultras y aislacionistas se oponen a la implicación estadounidense en un conflicto europeo, con un discurso que ve en Putin al gran líder nacionalista de una Rusia a la que consideran como una magnífica nación en Europa -la única capaz, en medio siglo, de sostenerle la mirada al Tío Sam-, enfrentada a la otra Europa: la que históricamente vive a costa de Estados Unidos, que paga su seguridad y mantiene a gran parte de sus organizaciones.

En el contexto de polarización que vive la sociedad estadounidense, el apoyo a Ucrania es uno de los puntos que en mayor medida separan a los muy previsibles candidatos Trump y Joe Biden. La guerra resume el choque perfecto entre la idea del America First Again del republicano frente al America is Back con el que el demócrata defiende la posición de EEUU en el actual desorden global.

Ese choque se ve, además, envuelto por un ambiente enrarecido que encuentra en la desigualdad y el desencanto un buen caldo de cultivo para el éxito de las posiciones más anti-establishment y provocadoras frente al poder político en Washington. La atmósfera es, por tanto, muy propicia para la victoria de Trump y, sin duda, el mejor escenario que podría esperar Putin para llegar a una potencial negociación de paz desde la mejor posición militar, política y geoestratégica.

De hecho, Trump ya ha señalado que no dará «ni un centavo» a la guerra entre Ucrania y Rusia: como «los europeos no pueden financiar esta guerra por sí solos», entonces «la guerra terminará».

Donald Trump no sólo piensa presionar para que Ucrania negocie el fin de la guerra con Rusia, sino que está considerando reducir los compromisos estadounidenses con algunos miembros de la OTAN. Entre las medidas para su segundo mandato, se maneja la posibilidad de una Alianza estructurada en dos niveles.

El artículo 5, que contempla la respuesta militar colectiva ante el ataque a uno de sus miembros, se aplicaría sólo a los Estados que alcancen los objetivos previstos de gasto en defensa; y se impondrían nuevos aranceles a los países que se encuentren rezagados en el incremento de sus presupuestos militares, con la excepción de Finlandia y Suecia, recién incorporados a la OTAN.

Unas iniciativas que, de llevarse a cabo, alterarían la política estadounidense de las últimas décadas, fracturando una alianza de defensa que ha dado forma a la seguridad europea desde la Guerra Fría.

Con todo, la guerra en Ucrania ha conseguido lo que no había sido posible desde que el Tratado de Maastricht instauró la Política Exterior y de Seguridad Común, como primer paso hacia una Europa de la Defensa: la unidad de los dos modelos históricamente irreconciliables en el seno de la Unión respecto a la ejecución de las acciones comunes en esta materia.

En los últimos decenios, no ha habido un momento de crisis en el sistema internacional en el que los europeos no hayamos perdido la oportunidad de hacer el ridículo mostrando al mundo nuestra desunión. Ahora, por primera vez en más de 30 años, este conflicto ha propiciado la unidad -arrastrando los pies, pero unidad, a fin de cuentas- de los Estados de la Unión Europea frente a la amenaza real de Vladimir Putin, e, incluso, lo que era impensable unos pocos años atrás: el liderazgo de Alemania en el apoyo militar y su voluntad de ser también motor de la Europa de la Defensa.

Algunos socios europeos están intentando adelantarse al vacío que puede dejar Estados Unidos. Renovando el sueño napoleónico, Emmanuel Macron ha llegado a proponer el envío de tropas a Ucrania, ante el desconcierto de la mayor parte de los aliados transatlánticos. Sin embargo, pocos tienen algo asimilable a la capacidad que Estados Unidos puede ofrecer. Un análisis reciente ha desvelado que la producción mensual colectiva de artillería de Europa ronda los 50.000 proyectiles, que no van en su totalidad a Ucrania. Los funcionarios ucranianos, sin embargo, han advertido que necesitan 200.000 proyectiles al mes.

Por todo ello, parece imprescindible que los socios europeos, en sus respectivos ámbitos nacionales, en el pilar europeo de la Alianza y, sobre todo, de forma coordinada dentro de la Unión, sean capaces de dar un paso adelante en la institucionalización de esta unidad hasta hacerla estructural. Es necesario aprovechar el artículo 44, referido a la «asociación cooperativa» (cooperación reforzada), para consolidar lo logrado hasta ahora; e incrementar algunos de los mecanismos en los que se está trabajando, como los relacionados con la capacidad de despliegue rápido, la coordinación en la industria de defensa o la dotación de nuevas y más amplias competencias a la Agencia Europea de Defensa.

La puesta en marcha de un plan de paz en dos meses desde su toma de posesión, como Trump ha prometido, podría incluso provocar más derramamiento de sangre. El ex presidente puede creer genuinamente que sus llamamientos a la negociación y sus advertencias sobre el recorte de la ayuda a Ucrania conducirán al fin del conflicto. Pero todo parece indicar que, por el contrario, ambas partes podrían lanzarse a un encarnizamiento de los combates.

En una entrevista con medios de comunicación rusos, Putin afirmó: «Sería ridículo que empezáramos a negociar con Ucrania sólo porque se está quedando sin municiones. Las posibles negociaciones no son una pausa para rearmar a Kiev, sino una conversación seria con garantías de seguridad para Moscú».

El presidente ruso se mostró así abierto a las negociaciones. Sin embargo, un documento filtrado a finales de 2023 sobre los términos en los que Putin concibe la paz sugiere un precio que Ucrania no podría pagar, porque el objetivo ruso sigue siendo el mismo: convertir a Ucrania en un Estado neutralizado permanentemente, con el Donbas sometido a una soberanía limitada o compartida, y vulnerable al control militar ruso.

De la gestión que la UE haga de este conflicto en Ucrania, especialmente si Trump gana las presidenciales de noviembre, dependerán la integración política de la Unión y sus opciones para convertirse en un actor influyente en la gobernanza global. Sólo aprovechando los pasos ya dados a lo largo de estos dos años bajo el nuevo liderazgo alemán, será posible una Europa de la seguridad y defensa dentro de una autonomía estratégica imprescindible para su futuro y también para el de la OTAN.

Gustavo Palomares Lerma es director del Instituto Universitario de Investigación General Gutiérrez Mellado, catedrático europeo en la UNED y profesor en la Escuela Diplomática de España.

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Tribuna Muñoz-Rojas 17/04/24
Eulogia Merle [Argentina, [1979], en El País

Tiempos para el peligroso pacifismo

Como ha sucedido otras veces a lo largo de la historia, hoy es preciso un liderazgo fuerte que cuestione seguir alimentando el ciclo de la guerra y busque alternativas

Olivia Muñoz-Rojas El País , 170424

El exdiplomático estadounidense Philip Marshall Brown se quejaba en 1915 en la prestigiosa revista The North American Review de que su país estaba siendo “bombardeado por panfletos, discursos, sermones y artículos en la prensa que tratan de demostrar que la presente guerra es el resultado del militarismo”.

Brown quería denunciar los peligros del pacifismo, esencialmente su ingenuidad y falta de realismo a la hora de analizar las razones de la Gran Guerra, predicar el internacionalismo y oponerse a la intervención de Estados Unidos en ella. A juzgar por la suerte de algunos de sus coetáneos que terminaron en la cárcel por defender la paz, el pacifismo genera algo más que incomodidad en tiempos de guerra, percibiéndose como un peligro por parte de los gobiernos.

La historia se repitió durante la II Guerra Mundial, la guerra de Vietnam y otros conflictos más recientes y de nuevo hoy, en una Europa que varios líderes políticos definen como “prebélica”, merced al expansionismo ruso y las reverberaciones del conflicto en Oriente Próximo.

Quienes plantean la necesidad de encontrar una solución diplomática al conflicto entre Rusia y Ucrania ya no son calificados solamente de ingenuos, sino de estar a favor del enemigo, en este caso el Gobierno ruso. De un modo similar, en muchos países quienes se han manifestado por la paz en Gaza han sido percibidos como cómplices del terrorismo de Hamás.

Un somero repaso a la historia contemporánea del pacifismo muestra cómo la efervescencia pacifista que vivieron Europa y Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX fue sustituida por la “glorificación” de la guerra, “sola higiene del mundo”, que declaraba la vanguardia futurista en la década de los 1910, en los albores de la Primera Guerra Mundial.

Los esfuerzos de las numerosas sociedades y periódicos pacifistas fundados en las décadas anteriores por librepensadores y hombres de negocios, motivados por el hartazgo tras las guerras napoleónicas, la de Crimea, la guerra civil norteamericana y otros conflictos, sirvieron de poco.

La intensa labor de personalidades como la austríaca Bertha von Suttner tampoco logró detener la enésima deriva belicista que iniciaron las potencias europeas. Von Suttner, activista pacifista y autora de la influyente novela ¡Abajo las armas!, se cruzó con el inventor sueco Alfred Nobel en París, iniciando con él una correspondencia que muy probablemente le animó a legar una parte de su patrimonio a premiar anualmente la labor pacifista.

Las llamadas a los trabajadores a abrazar la causa internacionalista y no alinearse con los proyectos imperialistas de sus respectivos gobiernos nacionales fracasaron. El pacifismo, muy asociado a la causa obrera y el feminismo, pasó a ser perseguido por los gobiernos.

Sirva de ejemplo la popular anarquista y feminista estadounidense Emma Goldman, que fue enviada a prisión por conspirar contra el servicio militar obligatorio en 1917 en su país. O la militante feminista y pacifista francesa Hélène Brion, encarcelada ese mismo año por distribuir “propaganda derrotista” en el suyo.

Por otra parte, el mismo año en que Marshall Brown firmaba su artículo y decenas de miles de jóvenes se desangraban en las trincheras europeas, Mohandas Karamchand Gandhi regresaba a la India junto a su esposa, Kasturba Makhanji, tras una larga estancia en Sudáfrica.

Allí emprendería la mayor campaña de resistencia pacífica de la historia moderna y contemporánea. Paso a paso, a lo largo de tres décadas y sin utilizar la violencia, condujo a la nación asiática hacia la independencia del Imperio británico. Inspirado en el primer cristianismo que conoció a través de los escritos de autores pacifistas como el ruso Léon Tolstói, pero igualmente en el concepto hindú de ahimsa o no violencia y respeto a la vida, supo convencer a millones de indios para poner en práctica los principios de lo que denominó satyagraha o ‘fuerza de la verdad’.

Bajo la premisa de que la enemistad termina desvaneciéndose ante la justicia y la no violencia, el movimiento implementó un conjunto de acciones de desobediencia civil: desde la negativa a acatar el monopolio de las autoridades británicas sobre la sal, recogiendo sal ilegalmente, hasta el boicot de los textiles importados de la metrópolis, tejiendo sus propias telas.

La victoria de Gandhi y su movimiento sobre la ocupación británica suele considerarse una victoria del pacifismo. Durante décadas, esta proeza, con todas sus posibles sombras, sirvió de ejemplo a otras naciones oprimidas e inspiró a otros líderes emancipadores del siglo XX como Martin Luther King Jr., Thích Nhất Hạnh o Nelson Mandela.

Teniendo en cuenta el resurgir del nacionalismo y el belicismo que experimentamos, no sólo en Europa, sino en otras regiones del mundo, no debe sorprender que el actual Gobierno indio trate de restar protagonismo a Gandhi para dárselo a figuras como Subhas Chandra Bose. Fundador del Ejército Nacional Indio, Bose solicitó la ayuda de las potencias del Eje para liberar a la India por la vía militar, aunque no logró materializar esta intervención.

Desde determinada perspectiva nacionalista, y todavía más en un contexto prebélico o bélico, el pacifismo poco tiene de noble o loable y se asocia más bien a la cobardía y la traición a la patria. Así lo vivió también el monje vietnamita Thích Nhất Hạnh, fundador del budismo comprometido, que ejerció su activismo pacifista durante la guerra de Vietnam.

La negativa de Nhất Hạnh a tomar partido por uno u otro bando mientras realizaba labores humanitarias en ambos, le valió la condena tanto del régimen pro-estadounidense de Vietnam del Sur como de los comunistas del Norte, obligándolo eventualmente a refugiarse en Francia. En Sintiendo la paz, escribe:

“Debe haber personas que puedan relacionarse con ambas partes, comprender el sufrimiento de cada una, y contarle a cada parte sobre la otra [… y así] ayudar a promover el entendimiento, la meditación y la reconciliación entre naciones en conflicto”.

El reverendo y activista Martin Luther King Jr., a quien Nhất Hạnh dirigió una carta conminándole a denunciar abiertamente la guerra en Vietnam, vio su popularidad seriamente mermada cuando expresó su condena de la intervención estadounidense en su famoso discurso en la iglesia Riverside de Nueva York en 1967.

Diarios como The New York Times y The Washington Post, que lo habían apoyado hasta ese momento en su lucha por los derechos civiles de la población afroamericana, lo criticaron por ligar dos causas presuntamente distintas: los derechos civiles y la guerra en Vietnam.

Para King, el racismo, el militarismo y la pobreza se habían convertido en parte del problema. Al igual que Gandhi, que murió asesinado a manos de un nacionalista hindú en 1948, King pagó con su vida por sus ideales pacifistas y universalistas. Su asesino confeso, James Earl Ray, un exconvicto supremacista blanco, reivindicó posteriormente su inocencia, dando lugar a todo tipo de especulaciones sobre la implicación del gobierno de Estados Unidos en el magnicidio.

Una controversia similar a la que sigue generando el asesinato del pacifista y primer ministro sueco Olof Palme en 1986, a pesar de su resolución formal.

Buscar la paz es una actividad tan arriesgada como indispensable. Urge en estos momentos un liderazgo pacifista fuerte que cuestione la necesidad de seguir alimentando el interminable ciclo de la guerra y evoque, por lo menos, la posibilidad de encontrar otros cauces para resolver el conflicto entre Rusia y Ucrania y el que atenaza a Oriente Próximo.

Olivia Muñoz-Rojas es doctora en Sociología por la London School of Economics e investigadora independiente.

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La familia es una isla
JM Nieto [España, 1973]

La familia es una isla

«Una de las ilusiones que pueden llenar nuestra vida es prolongar en el tiempo lo que ha supuesto nuestra familia. Hay que perpetuar lo mejor de la herencia familiar y alejar lo negativo. Para quererse hay que tratarse, y para tratarse hay que verse, si no, seremos tan solo parientes digitales. Ser familia es algo más que tener los mismos apellidos»

Juan Antonio Sagardoy Bengoechea en ABC , 170424

Hay un viejo pensamiento del mundo jurídico italiano que al referirse a la familia manifiesta: «la famiglia è una isola che il mare del diritto può lambire, ma lambire soltanto; la sua intima essenza rimane metagiuridica» (La familia es una isla que el mar del Derecho puede tocar levemente, pero rozar solamente, pues su íntima esencia es metajurídica).

Y es que los lazos de sangre son, o deberían ser el motor de la ‘affectio familiaris’, de modo que la norma jurídica que proviene del exterior sea bloque normativo a respetar, pero sin agotar las relaciones entre familiares, pues no es el motor del cariño familiar. Es más, una familia que no tenga como elemento clave de la relación entre los familiares el amor entre ellos es una familia sin estructura, fría, distante y expuesta a profundos altibajos. Su unión será más administrativa que anímica.

A mayor abundamiento, la desunión familiar es, a mi juicio, una importante desdicha, porque supone la ruptura de lo que naturalmente debería estar unido. No quererse entre familiares es un contrafuero que ensombrece la misma esencia de la familia.

Los lazos familiares suponen un entramado fundamental a la hora de conformar la unidad familiar, pero esos lazos por sí solos no son suficientes para poder estructurar lo que conocemos como familia, pues el lazo familiar es un prius que por sí solo no es suficiente para poder conformarla.

Dicho de otra forma, uno puede ser de una familia, pero no formar parte de ella, al faltar ese elemento fundamental que es el cariño o la afección familiar. Para ser parte viva de una familia hay que estar compenetrado con ella, y sentirse parte de ella. Por eso la desunión familiar tiene la carga dramática de suponer un descalabro en nuestra relación con los que teóricamente deberían estar más ligados a nosotros.

Y de ahí también que la ruptura familiar, como he dicho, sea algo adverso en la vida de las personas.

Evidentemente, la intensidad del lazo familiar (padres e hijos, hermanos, tíos y sobrinos, etc.), modula la relación entre los componentes del grupo, aunque suele darse el caso de afectos y relaciones entre sus componentes que no se correspondan exactamente con el grado de parentesco.

Gustos comunes, carácter personal, empatía mayor o menor, etc., son factores que influyen notablemente en la relación con nuestros parientes. Es frecuente el oír haya personas que se llevan muy bien con un primo, por ejemplo, y que tienen una relación fría con un hermano o una hermana.

Dicho de otro modo, el grado de parentesco y el grado de relación personal o simpatía hacia un pariente no se corresponde –como acabo de señalar– o por lo menos no es anormal que pueda resultar más cercano un primo que el hermano o que la relación entre hermanos pueda ser menos cálida que entre otros parientes con lazos sanguíneos más lejanos.

El factor humano pesa mucho en la relación parental porque, al final, estamos hablando de un trato entre personas, que en este contexto resulta fundamental, pues la forma de ser y comportarse de cada uno acaba siendo clave. Es importante a este respecto señalar que el afecto no es un sentimiento que viva en nosotros de un modo autónomo, neutro o espontáneo, sino que hay que cultivarlo y cuidarlo, y en esa tarea resulta fundamental el trato personal.

Querer a un pariente con el que solo nos une la partida de nacimiento o que solo vemos en Navidad es bastante complicado si no tenemos otros lazos más profundos en nuestro corazón, y seremos lo que yo llamo «parientes administrativos».

Cuando por circunstancias de la vida conocemos a un pariente de cierta edad por primera vez es probable que podamos intimar y tener buenas relaciones, pero podría ser normal también que, si con esa persona no haya existido un trato y conocimiento directos, la relación no tenga la calidez de lo que supone el trato personal.

Ser primo, tío o cuñado de alguien es un dato del Código Civil, de la relación que contempla la estructura familiar al uso, pero nada más que eso. De ahí que también se pueda dar con frecuencia el caso de que tengamos más cercanía y afecto a personas de parentesco más alejado, pero con los que empatizamos mejor.

En otras palabras, el grado de afecto no se corresponde con el del vínculo sanguíneo. El afecto no se mide por el Código Civil. Entre padres e hijos tiene mucha más importancia el lazo sanguíneo, pero salvado ese grado parental, tiene mucho peso la empatía personal, el trato directo, en definitiva, la afinidad.

En consonancia con todo lo anterior, no es difícil adivinar que el motor del afecto familiar es la convivencia, la cercanía, el trato personal, y eso es algo que no surge por generación espontánea, sino que hay que cultivarlo y propiciarlo. En este sentido, deberíamos poner en juego mecanismos de cercanía y trato personales si queremos sentir en nuestro interior una inclinación afectuosa hacia nuestros parientes.

El decir a una persona: «mira, este es tu primo» es una noticia fría y distante hasta que llegamos al conocimiento y afecto que da el compartir nuestro tiempo con esa persona. Es verdad que a veces tenemos parientes cercanos o lejanos que cuando los tratamos nos distanciamos de ellos en lugar de acercarnos, por razones muy variadas y todas respetables, pero es importante que nos esforcemos para que detrás de unos apellidos haya algo más, como es el afecto que inevitablemente da el trato directo, la convivencia, el vivir y compartir experiencias juntos.

Quiero insistir a este respecto que para quererse hay que conocerse, y para conocerse hay que tratarse de un modo cercano, que nos lleve a descubrir a ese familiar. Todo ello requiere una determinación y un plan concreto de cercanía a nuestros parientes que por el mero hecho de serlo no generan nada especialmente vinculante, sino que para que logremos esa cercanía hay que trabajarlo, y trabajarlo consiste, fundamentalmente, en tratar a esa persona.

Es muy difícil querer a un pariente a quien no conocemos, con el que quizá no hemos convivido porque vive tierras lejanas, por el mero hecho de tener, por ejemplo, unos abuelos comunes. Nuestra vida está profundamente marcada por la familia a la que pertenecemos, para bien y, a veces, para mal. Ser miembro de una familia, aparte de los caracteres físicos, supone la asunción de unos valores de todo tipo.

Esos valores nos dejan marcados con la posibilidad –siempre abierta– de las modificaciones que podamos hacer según nuestro leal saber y entender para amoldar lo que hacemos con lo que sentimos y deseamos.

Creo que una de las ilusiones que pueden llenar nuestra vida es prolongar en el tiempo lo que ha supuesto nuestra familia, siempre, claro está, que el balance de ese juicio sea positivo. Dicho de un modo gráfico, hay que perpetuar lo mejor de la herencia familiar y alejar lo negativo.

Repito, para quererse hay que tratarse, y para tratarse hay que verse, si no, seremos tan solo parientes digitales y yo desde luego los quiero de carne y hueso, con sus virtudes y defectos. En el sentido más profundo de la palabra, ser familia es algo más que tener los mismos apellidos.

Juan Antonio Sagardoy Bengoechea es catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social y académico de la Real de Jurisprudencia y Legislación.

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Ceder nuestro sitio
Josemari Aleman Amundarain [España, 1948]

Ceder nuestro sitio

Ana Iribar en El Correo, 170424

Aquellos que sabían de qué iba aquí la cosa/ tendrán que ceder su sitio/ a los que saben poco./ Y menos que poco./ E incluso prácticamente nada». En los versos de Wislawa Szymborska hay una llamada a quienes hemos convivido con un conflicto; en el caso de mi generación, con el terrorismo de ETA, especialmente en Euskadi.

Szymborska termina su poema ‘Fin y principio’ y escribe: «En la hierba que cubra/ causas y consecuencias/ seguro que habrá alguien tumbado,/ con una espiga entre los dientes,/ mirando las nubes».

Cada vez que entro en un aula para compartir mi testimonio con alumnos adolescentes o universitarios soy consciente de que ellos tomarán el relevo de mi generación. Es natural que sepan poco o nada sobre ETA; y es de agradecer, y mucho, la inmensa labor del profesorado para llenar ese vacío con conocimiento.

No solo el tiempo hace crecer la hierba que cubre causas y consecuencias de cualquier conflicto; de lo contrario, cómo explicarnos que generación tras generación no seamos capaces de poner fin a guerras y terrorismos.

En el caso de ETA, mirar para otro lado, negarse a asumir responsabilidades y mantener activo su proyecto político han sido el nutriente perfecto e intencionado que ha hecho crecer la hierba del olvido. Lo dijo el entonces lehendakari, Iñigo Urkullu, el día en que ETA puso fin a la acción terrorista en 2011: «ha llegado la hora de pasar página».

No se dirigió a la sociedad vasca para decirnos ‘es el momento de la verdad, de exigir a la banda su colaboración con la justicia, de liberarnos del lastre de ETA, de reflexionar sobre décadas de terror y sobre el sometimiento de la práctica totalidad de la sociedad vasca al miedo y al silencio que imponía la formidable maquinaria terrorista’.

No celebramos nada aquel día en las calles de Euskadi porque sencillamente no entendimos aquel desconcertante punto y final con el que los partidos políticos se condecoraban y pedían a sus conciudadanos silencio y olvido. En mi memoria queda la imagen patética de tres individuos que escondían bajo su capucha la negociación de la banda terrorista con el Estado.

El principio del denominado posterrorismo se activa sin contemplaciones para las víctimas, sin transición. Pero por más que quieran soplar desde Bildu contra las nubes de la historia, por más que llenen su discurso de relamidos eufemismos, nunca podrán ocultar a las víctimas de ETA y, en consecuencia, a sus asesinos.

Dos listas que nadie podrá borrar de la historia. Aquí estamos, en manuales como ‘Vidas Rotas’, con nombre y apellidos, viudas, huérfanos, madres y hermanas, heridos y secuestrados, 853 asesinados, amenazados, transterrados, miles y miles de ciudadanos inocentes, víctimas de ETA.

Mientras escribo estas líneas conozco el fallecimiento del que fue lehendakari José Antonio Ardanza. Me vienen a la memoria sus palabras tras el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, cuando se dirigió a la comunidad vasca en julio de 1997 para decirnos: «ETA tiene unos cómplices. Sabemos quiénes son. Se llaman Herri Batasuna».

Hoy la sombra de ETA se sigue proyectando en el espacio público. Véanse la Korrika, a lo largo de cuyo recorrido se ha exhibido a más de sesenta etarras; la fantasmagórica aparición de Arnaldo Otegi en cada comparecencia del nuevo candidato de Bildu a las elecciones vascas; militantes etarras en las listas de las pasadas elecciones municipales.

La presencia de quienes formaron parte de ETA en el espacio público no es solo una falta de respeto hacía sus víctimas, lo es hacia las nuevas generaciones que descubren la manifiesta falta de consistencia, de ética y de solidaridad de una comunidad social y política que no distingue entre asesinos y víctimas. Jamás reconocerán su responsabilidad porque nadie se la ha exigido.

Las nuevas generaciones tienen derecho a saber la verdad, no podemos negárselo. Aunque a mi generación le cueste enfrentarse a ETA, incluso cuando la banda ha dejado de matar. La verdad factual que defendía Hannah Arendt debe abrirse camino con el testimonio de las víctimas y en los manuales de historia.

Los más jóvenes deben saber además que frente a ETA hubo hombres y mujeres increíblemente valientes que lo dieron todo por la democracia, ¡tan frágil!, que disfrutamos todos hoy; ciudadanos que respondieron al eco de las balas con la razón democrática, a la amenaza con coraje cívico, al fanatismo nacionalista con la solidaridad.

Para que cuando las nuevas generaciones se tumben sobre la hierba que ha crecido sobre nuestro pasado, que es suyo también, sean benevolentes con mi generación y se sientan justos herederos de nuestros aciertos.

Aprendamos por nuestra parte a ceder nuestro sitio a los más jóvenes, a los que no saben prácticamente nada, y hagámoslo compartiendo nuestra historia libre de miedos, prejuicios y de fantasías folclóricas. No volquemos sobre sus espaldas la carga de nuestros errores, sino el entusiasmo por la única batalla posible, la de la libertad.

Ana Iribar, presidenta de la Fundación Gregorio Ordóñez.

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El secuestrador vela por él

El censo de los tontos

«Los dos partidos que habían venido blanqueando a Bildu han visto la luz en los sondeos que atribuyen la victoria del domingo a los herederos de ETA»

Santiago González en El Mundo y en su blog, 170424

a aportación más relevante que nos van a ofrecer estos comicios va a ser la radiografía intelectual del País Vasco: el censo de los gilipollas en la tierra de Aitor (Esteban) se corresponde mucho con los votantes socialistas. No quiero decir que no haya tontos en otras confesiones, claro, pero no tantos como en el PSE, vamos a explicarlo.

Abrió el baile el joven Otxandiano con dos definiciones muy vistosas sobre ETA. En la precampaña la había definido como “un ciclo político que había quedado atrás” y ya en faena y entrevistado en la SER, a la pregunta de si ETA “fue un grupo terrorista”, respondió que “fue un grupo armado” y que “las denominaciones pueden ser diversas y la violencia del Estado también puede tener diferentes denominaciones”.

Un grupo armado, claro, como la Guardia Civil, que era exactamente la comparación que pretendía establecer.

Uno no le ve a este Otxandiano mucha capacidad de persuasión para inteligencias medias, pero donde no llega su oratoria sí lo hará la didáctica de la portavoz Alegría, que encontró inadecuadas y cobardes las caracterizaciones de la banda hechas por Pello Otxandiano.

Criticó la buena mujer el “absoluto desprecio a las víctimas y a la sociedad” del candidato bildutarra al negarse a admitir que ETA fue una banda terrorista. ¿Quiere esto decir que el Gobierno va a dejar de contar con Bildu como socio preferente en el Congreso?  No, ¿por qué? «nada ha cambiado», explicó.

Hete aquí que los dos partidos que habían venido blanqueando a Bildu, han visto la luz en los sondeos que atribuyen la victoria del domingo a los herederos de ETA. Recuerdo haber escrito el verano pasado (29/8) que el sorpasso de EH Bildu al PNV era evidente para todo el mundo menos para Andoni Ortuzar y Aitor Esteban y ahora viene el ayayay, “el abismo a lo desconocido” dicen los hijos de Sabino.

No vamos a pactar con Bildu, dicen los socialistas vascos. ¿Quieren que se lo repita otra vez? “A Bildu que fue parte activa de tanto dolor no puede salirle gratis”, dijo Andueza y no va a ser gratis: les dieron la alcaldía de Pamplona para compensar. A medio camino entre Bildu y el PNV, Eneko Andueza exponía la clave de su éxito: quienes veían las elecciones como «un duelo» entre el PNV y EH Bildu vivían en «un error» al no darse cuenta de que «el Partido Socialista es el que va a decidir».

Este pringado no se da cuenta de que los electores no queremos escoger al que decide; queremos decidir nosotros. Están los tiempos como para fiarse.

Para López pactar con el secuestrador Otegi era un mal menor hace dos años: «Hemos pactado con Bildu porque la oposición del PP es indecente». El PP es el partido que lo aupó en dos ocasiones por encima de su nivel de incompetencia, aunque él se justifica diciendo que aquel PP era muy distinto de éste de ahora. Mentira, claro.

Mientras los 13 diputados del PP apoyaban el Gobierno de López, en 2011, su portavoz en el Parlamento vasco decía: “A la derecha, cuando abre la boca se le ven las caries del franquismo”. O sea, que los tontos están muy repartidos, pero los socialistas llevan mucha ventaja en el recuento.

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Vídeos

Sobre la Ministra de Sanidad, Mónica García, Tomás Fernández Ríos [diputado de Vox]:revela su  implicación en un escándalo sexual y adictivo

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Música de Diana.


«L’avalanche«[2021] tema compuesto e interpretado por Arthur H, en su álbum Mort prématurée d’un chanteur populaire dans la force de l’âge. Vía Diana Lobos, 180424.

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Humor
La viñeta de Caín: 18 de abril de 2024
Felipe Hernández Cava ‘Caín’, España, 1953’y Federico del
V Barrio (ilustrador, España, 1957), en la Razón

 

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