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  • La Guardia Civil no aprecia indicios de delito en la actuación de la mujer del presidente

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no ha encontrado indicios del delito de tráfico de influencias denunciado por el pseudosindicato ultra Manos Limpias en relación con distintos trabajos de Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez….

Juan Carlos Peinado, titular del Juzgado Número 41 de Madrid, abrió diligencias contra Begoña Gómez el 23 de abril pasado por los supuestos delitos de corrupción en el sector privado y tráfico de influencias. Lo hizo tras admitir a trámite una querella de Manos Limpias basada en recortes de noticias aparecidas en distintos medios de comunicación, algunas de ellas falsas.

El instructor decidió encargar a la UCO un informe sobre las dos supuestas operaciones en las que habría influido Begoña Gómez y que supusieron cuantiosas ayudas públicas a empresas privadas: el rescate a Air Europa en plena pandemia aprobado por el Consejo de Ministros (475 millones de euros en dos préstamos) y las ayudas de la empresa Red.es, entonces dependiente del Ministerio de Economía, a una firma, Innova Next, cuyo propietario, Juan Carlos Barrabés, había participado como profesor en el máster de Transformación Social Competitiva de la cátedra que la mujer del presidente codirigía en la Universidad Complutense.

La Guardia Civil, según explican fuentes conocedoras del informe que ha llegado al juzgado, analiza con detalle ambas ayudas públicas a empresas privadas y no encuentra ni un solo indicio del tráfico de influencias que denuncia Manos Limpias.

El informe de la UCO señala, por una parte, que no ha podido comprobar ni tiene datos que permitan acreditar la influencia de Begoña Gómez en el millonario rescate que el Gobierno de España realizó en 2020 a Air Europa. El informe recuerda que el único elemento que puede vincular a Gómez con Globalia (grupo propietario de Air Europa) es el hecho de que coincidiera con Javier Hidalgo (uno de sus principales directivos) en dos eventos que tuvieron lugar en 2020 en los que participaba la sociedad Wakalua (filial de Globalia). “No se tiene constancia de que estos hitos”, destaca el informe, “pudieran estar vinculados a la decisión ministerial del rescate a Air Europa”.

La UCO analiza, por otra parte, con detalle los concursos convocados por Red.es para distintos planes de formación en nuevas tecnologías, dos de cuyos lotes fueron adjudicados a la empresa de Juan Carlos Barrabés. Este incluyó en su oferta hasta 32 cartas de recomendación de entes públicos y empresas privadas. Entre esas cartas se incluyó una firmada por Begoña Gómez y otra por la responsable de Empleo del Ayuntamiento de Madrid.

La Guardia Civil recuerda que las empresas de Barrabés han recibido hasta 28 contratos de la Administración pública a lo largo de los últimos años, uno de ellos del Ayuntamiento de Madrid bajo gobierno del PP (casi cuatro millones de euros), aunque destaca que las adjudicaciones logradas en los concursos de Red.es (10 millones de euros) son las más cuantiosas de toda la historia de esta firma.

La Guardia Civil investigó para su trabajo la composición de la mesa de contratación que adjudicó a la empresa de Barrabés dos de los lotes que salían a concurso, y analizó la participación de dos de sus componentes en las valoraciones subjetivas de las ofertas.

El informe concluye que no se han encontrado vinculaciones entre esas personas que firmaron las calificaciones de las distintas ofertas y Begoña Gómez. Además, la UCO tampoco encontró elementos diferenciadores entre el sistema de valoración de las ofertas del concurso ganado por Barrabés y el resto de expedientes “en lo que se refiere a los criterios dependientes de juicios de valor”.

La UCO sostiene que “no se han identificado indicios” de lo que afirmaba la querella de Manos Limpias al sostener que fue Barrabés quien “montó el Máster de Transformación Social Competitiva” de Begoña Gómez.

La Guardia Civil reseña también que Begoña Gómez no ha recibido ninguna subvención pública, según la Base de Datos Nacional de Subvenciones consultada para la investigación. El informe de la UCO recuerda que la noticia que aportó Manos Limpias en su querella contra la mujer del presidente, titulada por The Objective: “El Gobierno oculta el importe de una subvención a nombre de Begoña Gómez” e ilustrada con una fotografía de la esposa de Pedro Sánchez, es falsa.

La jurisprudencia del Tribunal Supremo respecto al delito de tráfico de influencias señala: “El tipo penal exige la existencia de una relación personal del sujeto con una autoridad o funcionario público. Pero no es suficiente la existencia de la misma, sino que, además, es necesario que el sujeto actúe prevaliéndose de ella y que, de esa forma, influya en quien debe resolver.

Precisamente, porque el tipo exige que esa influencia vaya orientada a conseguir una resolución, y no cualquier otra clase de comportamiento”, añade el tribunal. Y vuelve a recordar: “La influencia ha sido entendida por la jurisprudencia como una presión moral eficiente sobre la voluntad del que debe resolver, con capacidad para alterar el proceso de motivación introduciendo en él elementos distintos del interés público al que debe atender”.

Ninguna de estas exigencias aparecen en los hechos investigados por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, cuyo informe tiene ya en su mesa el juez que admitió la querella presentada por Manos Limpias contra Begoña Gómez.

El instructor tomó declaración hace varios días a dos periodistas de los medios que han sugerido a través de sus informaciones que Gómez ha podido cometer tráfico de influencias. En las preguntas y en las respuestas, según fuentes conocedoras del interrogatorio, no aparecieron indicios del tráfico de influencias que se buscaba.

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El Gobierno bajará del 21% al 4% el IVA de la prensa y libros ...

Revista de de opinión en prensa

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No es Milei, es Sánchez

Las instituciones democráticas. El Estado son ellos.

Empezaba yo mi columna del lunes diciendo que no soy muy partidario de fantasías como que un jefe de Estado visite un país extranjero para participar en un mitin de partido. Antes lo general que lo particular, antes lo institucional que lo partidario. Pero Milei vino a pesar de la crisis que lió el homo presapiens, Oscar Puente.

Hay que decir un par de cosas: que el triunfo de Milei y de sus convidantes fue arrollador. El Palacio de Vistalegre, con un aforo de 13.500 personas, estaba a rebosar. La marcha contra su visita congregó a 200 manifestantes.

Al agradecer a Santiago Abascal su apoyo cuando no lo apoyaba nadie, recordó los tiempos en que empezó a ir a la TV: “Estaba más solo que Adán en el día de la Madre”. Pero estuvo implacable contra Sánchez al recordar que no lo felicitó tras su apabullante triunfo electoral, con un 65% de los votos. Y luego, sin dar nombres, este estoconazo: “Hay calaña que tiene a la mujer corrupta y se toma cinco días para pensar”.

El conflicto lo empezó Milei, porque este pazguato no registró la ofensa de Oscar Puente, el homo presapiens de Valladolid con la que arrancó el lío. Empezar el Credo por Poncio Pilato se llama la figura.

La muy mejorable comparecencia del ministro Albares tuvo un éxito notable. Hasta la prensa no sanchista, (ABC, El Mundo y La Razón) carga la cuenta de la crisis diplomática sobre el presidente argentino. “Milei solo consigue engordar el victimismo del sanchismo” titula ABC su editorial sin tener en cuenta que el victimismo se engorda solo.

“El exceso  inadmisible de Milei facilita la polarización de Sánchez”, titula El Mundo el suyo y La Razón abre su portada a cinco columnas: “Milei provoca una crisis diplomática  al atacar a Sánchez”. Todos ellos empiezan el credo por Poncio Pilatos. Para aclarar un poco el tema hagamos un cronograma como el que proponía Lupe Sánchez, también llamada Proserpina:

-El ministro de Transportes llama drogadicto a Milei

-Sánchez llama ‘corrupto’ al hermano de Ayuso desde la tribuna del Congreso y en una rueda de prensa. No solo llamó corrupto al hermano, también a la propia Ayuso y no fueron dos veces, sino tres. También lo hizo por escrito mediante la mano vicaria de Irene Lozano en el segundo libro que le escribió al ágrafo, ‘Tierra firme’.

-PSOE, Podemos y Mas Madrid montan una comisión de la verdad para imputar a Ayuso la muerte de casi 8.000 ancianos y acusarla de genocidio. Fueron 7.291 y las 19 demandas contra ella de los sanchistas han sido archivadas por la Justicia.

-La Fiscalía filtra unos correos del abogado de un particular porque es pareja de Ayuso.

-Linchan a la mujer de Abascal en redes, deseando qiue la violen o pintan la cara de Abascal en una diana.

-Pero van a crear un conflicto diplomático con Argentina porque Milei ha llamado corrupta a Begoña.

José Vico es de los tonnntos más contumaces de nuestra República. Fíjate en esta muestra en la que describe a su manera la reunión de los empresarios españoles con Javier Milei: “En Alemania, los empresarios alertan sobre el auge del fascismo porque allí derrotaron a Hitler, aquí los empresarios se hacen fotos con el fascismo porque Franco murió en la cama.

Muchos empresarios del Ibex 35 tienen apellidos franquistas. Esto es así para quien quiera verlo”.

Hay que querer verlo mucho. Vamos por partes, que diría Jack el Destripador. A Hitler no lo derrotaron los empresarios alemanes, sino los aliados, muy especialmente gracias al Reino Unido y, sobre todo, a la participación de EEUU. Fueron empresarios alemanes los que auparon al nazismo.

A ver si se molesta en leer ‘Dinero y poder en el Tercer Reich’, donde David de Jong explica el apoyo a Hitler de los grandes capitalistas alemanes. Para comparar a Javier Milei con Adolf Hitler hay que se muy majadero y un miserable irredento. Verbigracia.

Javier Ríos escribía en mi blog una sentencia razonable: “Lo de Milei ha sido un ataque frontal a la Begocracia”.

No es Milei, es Sánchez. El despropósito contra el primero  me lleva a algo insospechado. Nunca creí que me iba a ver en esta, Federico. Pero Irene Montero plantea una analogía razonable contra Sánchez: “Si España muestra firmeza diplomática con Argentina tiene que hacerlo ya con  Israel.

Hablamos de un genocidio, que es mucho más grave que palabras fuertes. Que rompan relaciones con el Estado genocida de Israel”. Las palabras ‘genocidio’ y ‘genocida’ son la señal de la tontuna que la moza traía puesta desde casa, pero parece que no hay comparación posible entre el conflicto de Oriente Medio y los daños que han sufrido España, el Estado y la democracia en la persona de la particular, Begoña Gómez Fernández.

González Pons reaccionó con rapidez a la petición de Albares de que el PP criticara las palabras de Milei, calificándolas de “una intromisión en la política nacional”. Uno cree que lo que le faltó al presidente argentino fue solo un adverbio: presuntamente. El error de Pons es hablar de Milei y no de Sánchez.

Arcadi Espada dispara contra todo los que se mueve, pero cuando da en el clavo da en el clavo, cuestionaba lo de Albares y Pons, al calificar de ‘injerencia’ e ‘intromisión’ en este párrafo : Oh, cielos: intromisión e injerenciaComo si el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, no hubiese apoyado explícita y enfáticamente al rival electoral de Milei, Sergio Massa.

 Como si no hubiese seguido al pie de la letra su costumbre de no felicitar a los que le ganan las elecciones, caso de Feijóo y también de Milei. Como si hace tres días no hubiera recibido a Milei en España llamándole «uno de los líderes principales de la Internacional ultraderechista». Intromisión e injerencia.

Como si desde hace años la izquierda presidencial latinoamericana no hubiera aprovechado cualquier oportunidad para verter sobre España y su Estado y sus instituciones acusaciones de complicidad con genocidios y de mantener vigente el colonialismo.

Salvo en el extremado caso del Gobierno nicaragüense de Daniel Ortega, nunca esos discursos, que incluyeron a veces párrafos flamígeros, promovieron la llamada a consultas del embajador ni esa teatrera farsa ofendida.”

Proserpina, que tiene una cabeza muy bien ordenada explicaba por qué el PSOE siempre acabará robándole la merienda al PP: “Hay que reconocer que son los reyes de la puesta en escena y la hiperventilación mientras que la derecha no es capaz ni de interponer una demanda por vulneración del derecho al honor”.

También dice que “Cayetana es la única en el PP que lo ha entendido todo”. Bueno, también Isabel Díaz Ayuso en mi opinión. Para terminar, Lupe Sánchez hace que Pedro Sánchez parafrasee a Luis XIV: “El Estado soy yo… y mi mujer”.

Marcos de Quinto: “Por mucho que moleste a Sánchez, su esposa está siendo investigada por presunta corrupción en el sector privado y tráfico de influencias por el juzgado de instrucción nº 41 de Madrid. Luego Begoña Fernandez es una presunta corrupta. Esto no es fango, esto es una realidad. Lo que es fango es decir que Milei consume drogas.

Unai Cano reproducía la noticia urgente de que una exdiputada de Podemos insinúa que Vox y Milei quieren construir una situación de excepcionalidad para, por ejemplo, justificar asesinatos racistas:

“Si la gente tiene miedo va a estar de acuerdo con que asesinemos a personas de otro color”. ¿A que no sabes quien es la exdiputada de Podemos? Tania Sánchez Vaciamadrid, la exnovia de Pablo Iglesias Turrión. Es admirable lo de este muchacho en su relación con las tías. ¡Qué fidelidad a sí mismo y al patrón intelectual que busca en ellas!

Mema, ministra de Sanidad, no deja pasar un día sin darnos una satisfacción. Monsieur de Sans Foy nos traía la última: “Mónica García propone usar ropa ligera para hacer frente a las olas de calor porque “esto va a ir a peor””. Sans Foy comenta:

En verano hará calor. Esto no lo vimos venir. Y por lo visto, para el calor es mejor usar ropa ligera. Guardad los plumas y los gayumbos térmicos. No sé cómo hemos podido vivir sin un Gobierno de progreso”.

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Santiago Abascal y Javier Milei.
Santiago Abascal y Javier Milei.RODRIGO JIMÉNEZEFE

Milei no ha llamado corrupta a Gómez

Este patético Gobierno español instrumentaliza al Estado para sus intereses electorales

Arcadi Espada en El Mundo, 210524

EN un momento de su balbuceante, mal pensado, mal escrito y mal leído discurso en el mitin de Vox, el presidente argentino se apartó un momento de los folios que a duras penas, pero con obligatoria unción, iba siguiendo con el dedo y luego de uno de sus chafarrinones sobre las élites, improvisó un penoso anacoluto: «Digo. Aun cuando tenga la mujer corrupta, digamos, se ensucia y se tome cinco días para pensarlo».

Y este patético Gobierno español, por boca de su ministro más patético, si la gradación fuera posible, instrumentaliza al Estado para sus intereses electorales, acusa al presidente argentino de injerencia en los asuntos internos y llama a consultas, con solemnidad ridícula, al embajador español en Argentina. A las pocas horas, y como resulta obligado, su homólogo patético en la oposición, el novelista Esteban González Pons, asiente: «El discurso es, desde luego, una intromisión en la política nacional».

Oh, cielos: intromisión e injerencia. Como si el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, no hubiese apoyado explícita y enfáticamente al rival electoral de Milei, Sergio Massa. Como si no hubiese seguido al pie de la letra su costumbre de no felicitar a los que le ganan las elecciones, caso de Feijóo y también de Milei. Como si hace tres días no hubiera recibido a Milei en España llamándole «uno de los líderes principales de la Internacional ultraderechista».

Intromisión e injerencia. Como si desde hace años la izquierda presidencial latinoamericana no hubiera aprovechado cualquier oportunidad para verter sobre España y su Estado y sus instituciones acusaciones de complicidad con genocidios y de mantener vigente el colonialismo.

Salvo en el extremado caso del Gobierno nicaragüense de Daniel Ortega, nunca esos discursos, que incluyeron a veces párrafos flamígeros, promovieron la llamada a consultas del embajador ni esa teatrera farsa ofendida.

Siguiendo la jurisprudencia de Carmen Calvo respecto a aquel instante célebre en que un Pedro Sánchez dijo que el 1 de octubre de 2017 fue una rebelión, el presidente argentino, Javier Milei, nunca ha llamado corrupta a la mujer del presidente, como nunca llamó representante del Maligno en la Tierra al Papa Francisco.

Eso lo hizo y lo ha hecho un líder ultraderechista es obligatorio importar la lengua presidencial, que solo ha pisado España para asistir a un mitin de Vox sí, es cierto, es pisarla mucho, pero así es la vida y que incluso, y aun en pleno acelerón anacoluto, tuvo la inadvertida prudencia de extender el beneficio de la duda a la señora Gómez, corrupta, digamos.

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No solo es la derecha de pernada
Antonio Heredia

 

No solo es la derecha de pernada

En todos los partidos abundan las tontas que entran por el ojo de la aguja en las listas

Emilia Landaluce en El Mundo,210524

LA FRASE es de Pere Rusiñol (ojalá se me hubiera ocurrido a mí), de cuando se produjo todo ese lío entre Pablo Iglesias y las dipunovias (por recuperar el término que inventó Federico), las tarjetas SIM, que por cierto al final quedó en nada: «Podemos fue un plan para follar que se fue de las manos».

Sin embargo, ahora cualquiera puede tener la sensación de que la sentencia es válida para todos los partidos y no solo por las andanzas del sevillano con tirantes Coco Robatto que filtran sus rivales y que son la comidilla. Al final, lo que pasa en los partidos no dista demasiado del funcionamiento de algunas empresas. Pasta y tías es lo único que interesa. Por lo que se trabaja.

No hace falta retroceder en el tiempo ni ahondar en viejas heridas para recordar los don nabos que han hecho efectiva su derecha de pernada. O «más a la izquierda, por favor. Así, sigue». No es difícil. Ya lo intuyen hasta los evangelios sin querer sonar hereje ni satánica.

Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de los cielos. Y ya sabemos lo que es tan estrecho como el ojo de una aguja. Esa apertura por la que además de salir los niños entran los camellos (o los burros). Y así meten a muchas tontas en las listas mientras los listillos se hacen los tontos y los que no se enteran.

Sin embargo, duele más que lo hagan aquellos a los que has defendido, con los que compartes principios, que ese machirulísimo del que hace gala Podemos/Sumar (porque hablar en femenino no te libra de festejar las tres comidas al día. Y disculpen la ordinariez).

En cualquier caso, no se debe criticar el sexo como motor del mundo siempre y cuando sea para mejorarlo. Lo que es imperdonable es que la palabrería feminista, los principios, la gestión sean solo el follaje con el que se practican los fines de siempre: la pasta y las tías, que al final vienen a ser lo mismo.

A más pasta, más tías. Y que ese motor no sirva para apuntar a una mejora de la sociedad sino para perseverar en la mediocridad, en el bien peor. Si hacen política para ligotear y hacerse ricos, que al menos hagan cosas buenas.

Por supuesto, hay excepciones en los partidos. Y desconfíen de la antipolítica porque pasa exactamente lo mismo. Pasta y tías.

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La era del populismo capilar

La era del populismo capilar

El pelo de Milei quiere ser rugido leonino, pero también manifiesto anarcocapi. Alguien que no cree en el Estado mucho menos va a creer en la gomina

Jorge Bustos en El Mundo, 210524

ESTA década de eclosión populista habrá servido para revelarnos un vínculo insospechado entre la heterodoxia capilar y la ideológica. No hay demagogo con ambiciones que entre todos los conflictos que propugna no empiece por declararle la guerra al peine, símbolo del establishment que todo populismo viene a derrotar.

Es como si las ideas alborotadas que bullen por debajo del cuero cabelludo necesitaran manifestarse también por encima, como una floración mutante, nutrida con abono de Chernóbil. Existen mil maneras de capilarizar el apetito revolucionario o reaccionario del populista; del látigo occipital de Iglesias al flamígero tupé de Trump, y del caos oxigenado de Boris a la calavera tintada de Berlusconi.

En todos el peinado delata más de lo que oculta: una personalidad hirsuta, narcisa, desquiciada o perezosa. Pero aquí y ahora nos interesan los perfiles pilosos de Javier Milei y Carles Puigdemont.

El pelo de Milei quiere ser rugido leonino, pero también manifiesto anarcocapitalista. Alguien que no cree en el Estado mucho menos va a creer en la gomina. Para el buen libertario, que remeda al buen salvaje, el corte de pelo no deja de ser un impuesto fastidioso que pagamos regularmente al peluquero.

Y sabemos que al fosco Milei lo encrespa la fiscalidad. Así que su exuberancia supracraneal traslada una posición de rebeldía política y lo hermana con otro célebre argentino enfrentado a las convenciones sociales al que apodaban el Pelusa. Y conste que ciño la analogía al desparrame capilar: las sugerencias estupefacientes se las dejo a Óscar Puente.

La melena de Puigdemont no tiene nada que ver con la de Milei. Su casquete carlista no informa de su pretensión de tumbar al Estado sino de crear uno propio para cobijarse debajo. Más que un flequillo se trata de un blindaje, de un búnker de materia orgánica impermeable a modas, nostálgico de una adolescencia que se remonta a 1714, si no hasta Wifredo el Velloso.

Sus hebras identitarias se aprietan para bloquear el paso al viento de la historia, el soplo liberal que nunca oxigenó a fondo ciertos montes de Cataluña y País Vasco. Por eso no podremos decir que el procés se ha acabado hasta que Puigdemont se rape. En la cárcel, por cierto, lo hacen gratis.

Las relaciones entre política y cabello son tan viejas como Sansón. Iconoclasta al fin, Pablo Iglesias invirtió el orden del relato bíblico perdió la fuerza electoral y después se cortó la coleta pero vino a confirmar el indudable nexo que conecta los cráneos mal cultivados con las ideas descabelladas.

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Pedro Sánchez

El Estado de Begoña

Sánchez ha utilizado la teatral polémica con su Milei para convertir a su mujer en una institución del Estado

Iñaki Ellakuría en El Mundo, 210524

Pedro Sánchez encontró en Javier Milei el tonto útil de turno y Vox sus palmeros con el que arrancar la segunda temporada de su teatrillo melodramático para las elecciones europeas, después del buen resultado que le dio el 12-M catalán la falsa dimisión de «un hombre profundamente enamorado».

Entonces, el presidente presentó las autonómicas como una respuesta a los supuestos ataques a su esposa y como un plebiscito sobre su hercúlea lucha contra la galaxia de la ultraderecha en España. Esta vez es la descalificación de Milei a Begoña Gómez la que emplaza a Sánchez a presentarse como el abanderado de la batalla contra la internacional fascista, porque el facherío español, en el fondo, es poca cosa para él.

En cada una de sus intervenciones en la campaña catalana, Sánchez se dedicó a hablar de sí mismo, de su mujer, de lo que mucho que sufren y aguantan, y de su determinación para acabar con los partidos políticos, jueces y medios que le son críticos. Relegando a Salvador Illa a al papel de subalterno y a la posibilidad de que el PSC ganara las elecciones a una mera anécdota.

Como buen populista –figura definida por Cayetana Álvarez de Toledo como el burro de Troya de la democracia, los discursos catalanes de Sánchez recordaron a los estertores presidenciales de Trump, cuando aparecía atrapado en su paranoia y egocentrismo, vislumbrado enemigos y sombras de complots, y vinculado su continuidad en la Casa Blanca con la misma supervivencia de la democracia en Norteamérica.

Era previsible, pues, que el giro narcisista del líder del PSOE tras la inventada crisis de cinco días, que supuso la definitiva disolución en su mente de las barreras que separan los intereses personales, los del partido y los del Estado, no se iba a limitar a la política doméstica.

Así que tras la lastimera intromisión en el conflicto entre Israel y Hamas, intentando aparentar con su propuesta de un estado Palestino tener algún peso en Oriente Medio y que duró hasta que Antony Blinken cuadró al cursi José Manuel Albares, Sánchez utiliza la referencia de Milei a su esposa para, por un lado, elevar a Gómez a institución del Estado, una reina consorte republicana.

Improvisando una nueva arquitectura constitucional sin necesidad de consenso ni referéndum que la avale. Y, por otro lado, presentar el 9-J como la inevitable ampliación del campo de batalla del sanchismo.

Es muy probable que el teatral encontronazo con Milei, al que se exige las disculpas públicas que no le pidieron al colombiano Gustavo Petro por insultar en las Cortes a España y al mexicano López Obrador por hacer lo mismo con el Rey, le pueda dar algunos votos extras al líder del PSOE en su pugna con el PP.

Principalmente porque es una operación construida con los materiales con los que triunfa el populismo contemporáneo: la desmemoria, el cinismo y la hipocresía…

Tanto porque de forma sistemática, y para perfilarse como referente de la nueva izquierda como hizo Rodríguez Zapatero a Estados Unidos con la excusa de Irak, el Gobierno de Sánchez ha insultado y menospreciado a los ejecutivos y/o líderes de Italia, Polonia, Israel, Hungría, Reino Unido, Austria y Argentina…

Como porque el Gobierno que «lucha contra la ultraderecha» cobija en su seno el fascismo hoy más peligroso: el islamismo y la judeofobia que por boca de la ministra Sira Rego jalea lemas genocidas contra Israel; y el putinismo disfrazado de pacifismo asambleario que a través de Sumar-Podemos colabora a que España sea uno de los países de la UE que menos ayuda militar ha dado a Ucrania.

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Israel, Hamas y la pose moral de los rectores
Sean Mackaoui [Suiza, 1969]

Israel, Hamas y la pose moral de los rectores

El falso pacifismo de los rectores es asimétrico: no entienden la paz como la entrega a la justicia de los líderes de Hamas. Prefieren una simplista instrumentalización política del drama que se vive en Israel y en Gaza

Rogelio Alonso Bustos en El Mundo, 210524

NADA SE SABE de Idan Shtivi desde el 7 de octubre. En su coche yacían ensangrentados Lior y Yulia, amigos con los que intentó huir cuando terroristas de Hamas masacraron a cientos de jóvenes en el concierto al que asistían. Idan es alumno de la Universidad israelí de Reichman, una de las prestigiosas instituciones a las que los rectores de las universidades españolas apuntan en su comunicado sobre Gaza.

Produce estupor que esta élite universitaria anuncie «suspender los acuerdos de colaboración con universidades israelíes que no hayan expresado un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario». ¿Exigirán un documento firmado para evaluar el acatamiento del requisito a centros con excelentes académicos cuyos alumnos y compatriotas han sido asesinados y secuestrados por Hamas, docentes e investigadores que sufren desde hace años campañas de intimidación en campus extranjeros que ahora se intensifican?

En Ciencia Política son «problemas inextricables» aquellos que revisten una enorme complejidad, siendo su resolución difícil o imposible. Las decisiones a las que obligan son perversas: colocan a los decisores ante dilemas que inevitablemente tendrán consecuencias negativas sea cual sea la vía elegida. No hay buenas opciones para afrontar los problemas intratables; solo malas pero necesarias elecciones, debido a sus enormes costes sea cual sea la adoptada finalmente.

La respuesta de Israel a los atentados terroristas de Hamas en octubre constituye uno de esos «problemas diabólicos». Más de un millar de israelíes asesinados, centenares de heridos y secuestrados, mujeres violadas, seres humanos quemados en vida en sus propios hogares, un país de nueve millones de habitantes traumatizado y aterrorizado ante la amenaza real sobre su supervivencia.

¿Cuál es la respuesta proporcionada ante el peligro existencial al que se enfrenta Israel? En La maldad política, Wolfe distingue entre la «pose moral» y la «seriedad moral». Los rectores optan por la primera, exigiendo con aparente neutralidad «el cese inmediato y definitivo de las operaciones militares del ejército israelí, así como cualquier acción de carácter terrorista y la liberación de las personas secuestradas por Hamas».

Los rectores pretenden imponer una decisión existencial a una nación obligada a contener y disuadir a Hamas para proteger a sus ciudadanos. Sí, la ofensiva israelí ha causado un desastre humanitario y la muerte de miles de civiles en Gaza. Y sí, continuarán muriendo inocentes como resultado de las acciones militares.

Esa es la cruel e inhumana consecuencia del «problema perverso» originado por Hamas. El terrorismo es un conflicto asimétrico basado en la disparidad de recursos de los contendientes. El impacto psicológico del terror en estado puro perpetrado por Hamas, su constante amenaza, es el instrumento con el que el actor más débil pretende explotar las vulnerabilidades de una democracia superior en valores y recursos militares.

Los límites legales y éticos de la reacción israelí son también parte del enfrentamiento asimétrico. La fuerza desatada genera la presión de la comunidad internacional con la que Hamas intenta doblegar a su enemigo. Se suma la coacción ejercida sobre la sociedad israelí con una guerra psicológica como la tortura sobre los rehenes.

Así debe Israel resolver la tensión entre el objetivo de desmantelar a Hamas y el de liberar a los rehenes. Ambos podrían ser mutuamente excluyentes. Otra manifestación de ese «problema inextricable» que Hamas ha creado. Sin embargo, ese dilema tampoco puede llevar a detener unas operaciones militares decisivas para diezmar las redes de túneles que, como analiza la profesora Daphné Richmond, Hamas aún mantiene en un inquietante porcentaje.

La compasión distante por la inhumanidad del sufrimiento de miles de palestinos puede inducir a la pose moral o a la seriedad. La última obliga a reconocer que Israel debe defenderse ante quienes desean su exterminio restaurando su capacidad disuasoria.

Y que en un escenario envenenado antepone a veces la defensa de los israelíes a la seguridad de palestinos víctimas en primera instancia de Hamas, quien los utiliza como peones en su contienda asimétrica.

Como ocurrió en Afganistán, la estrategia militar se enfrenta a enrevesados dilemas, según ejemplifica Michael Walzer al definir la ofensiva israelí como una «guerra justa»: si desde una casa se dispara contra soldados, el mando puede destrozarla con artillería o aviación; si recurre a la infantería o a las fuerzas especiales, minimizará las víctimas civiles pero arriesgará las de su tropa.

Assaf Moghadam, profesor israelí en Herzliya, referencia mundial en guerra irregular, asistió a tres funerales tras el 7-O. Explica que los desafíos de una contrainsurgencia no se limitan a «limpiar» el territorio de insurgentes. Se precisa también una administración civil que controle el territorio para evitar que los terroristas se reorganicen y sigan amenazando a quienes viven a escasos metros.

Ingente reto para un país que para vivir no puede dejarse asesinar. Durante años sus hijos han pasado noches enteras en refugios antimisiles. Hamas se esconde en sus túneles de los bombardeos israelíes mientras los civiles mueren. Pero es a Israel a quien se le exige contención.

Ami Pedhazur, profesor en la Universidad de Haifa, es autor de obras imprescindibles sobre terrorismo suicida y los servicios de inteligencia israelíes. Regresó en 2023 tras décadas en la Universidad de Texas. Allí sufrió una campaña de acoso de una asociación pro-palestina.

Exonerado de falsas acusaciones que sobre él vertieron estudiantes fanatizados, se sentía traicionado por las autoridades universitarias. La víctima vio cancelada su presunción de inocencia. Su nacionalidad israelí le convirtió en agresor y fue abandonado por unas autoridades universitarias que se negaron a protegerle. Volvió a Israel decepcionado por la cobardía de un sistema universitario a la que evoca el comunicado de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (Crue).

Los rectores españoles presentan a los académicos israelíes como sospechosos, pero se comprometen a «intensificar la cooperación con el sistema científico y de educación superior palestino». Toman partido, aunque el politólogo palestino Khalil Shikaki confirma que la mayoría de la población en Gaza y Cisjordania apoya a Hamas porque niega que los terroristas cometieran atrocidades, relacionando la negación con el consumo de noticias a través de Al Jazzera.

La cadena ha utilizado la tragedia de miles de palestinos como un obsceno espectáculo mientras negaba que hubiera «pruebas» de las violaciones a mujeres israelíes. No busquen en ella el rigor de académicos israelíes como Shaul Kimhi, catedrático de Psicología, autor de iluminadores trabajos sobre la personalidad de Benjamin Netanyahu, el primer ministro responsable del mayor fallo de seguridad de una democracia asediada por enemigos desde todas sus fronteras.

Kimhi también ha analizado la resiliencia de la población israelí y cómo afecta a su cohesión la continuidad de la guerra dirigida por un Gobierno divisivo y por un líder con rasgos narcisistas que con frecuencia antepuso su interés personal al nacional.

EN EL NORTE viven universitarios separados de sus familias por el bombardeo constante de Hezbolá desde el lindante Líbano. Como en el resto de Israel, siguen trabajando en medio de la guerra sin hacer el duelo del inmenso trauma causado por Hamas. Cuatro mil estudiantes han sido movilizados.

Y en la agonía vital en la que se hallan todos ellos frustrados por los errores de su propio Gobierno, pero sirviendo a su país con patriotismo; impotentes ante el dolor de compatriotas secuestrados; sensibles, sí, ante la muerte de palestinos despreciados y expuestos por Hamas, los rectores españoles osan dictarles cómo responder al enemigo que los acecha para exterminarlos.

El falso pacifismo de los rectores es asimétrico: no entienden la paz como la entrega a la Justicia de los líderes de Hamas y de los responsables de los crímenes cometidos el 7-O, lo cual obligaría a Israel a variar su respuesta. Prefieren una simplista e insensible instrumentalización política del profundo drama que se vive en Israel y en Gaza. La comunidad universitaria está en deuda con admirables modelos intelectuales y cívicos como los profesores israelíes aquí citados.

Rogelio Alonso es catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos.

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Cristianismo burgués
JM Nieto [España, 1973]

Cristianismo burgués

«En una sociedad de profundas raíces religiosas y con una red tan extensa de instituciones educativas de ideario católico, resulta sorprendente la escasa presencia pública (en la cultura, la economía o la política) del mensaje evangélico»

El cristianismo burgués es una forma defectuosa de entender y vivir el Evangelio, presente en algunas sociedades contemporáneas como la nuestra. ¿En qué consiste? Al igual que otros conceptos relevantes, burgués es una expresión polisémica. En su sentido más común, sirve para referirse a un miembro de la clase social acomodada, que desempeña una profesión liberal o –en terminología marxista– es dueño de los medios de producción.

En otro sentido frecuente, describe la actitud de quien evita la exigencia y procura llevar una vida aburguesada, cómoda. De este modo se emplea, a veces, en contextos religiosos para recriminar a quienes viven un cristianismo que excluye la cruz. Sin embargo, ninguno de estos sentidos es el relevante para lo aquí se pretende explicar.

A un cristiano burgués le definen dos rasgos característicos. Primero, concebir la religión de manera individualista y, segundo, haber olvidado el fuerte sentido de misión presente en la Iglesia desde sus orígenes. Podría decirse que se trata de una fe egoísta, pues la máxima preocupación consiste en salvar la propia alma.

Además, y esto es quizá lo más distintivo, su principal deseo es alcanzar la seguridad y la estabilidad. De este modo se anega el ímpetu creador de quien concibe la vida como respuesta a una llamada. El horizonte espiritual de alguien así resulta previsible, incluso aburrido.

Empleando conceptos de Ortega y Gasset, podría hablarse de un cristianismo con mentalidad de masa, que no desea salir de la vulgaridad –la media sociológica– ni aspirar a la existencia noble de quien pone sus talentos al servicio de un ideal superior.

Reinan el conformismo y la asimilación. Al igual que sucede con el hombre-masa de Ortega, el cristianismo burgués no es un fenómeno exclusivo de una clase social, puede darse en personas de distinta condición. De modo paradójico, esta mentalidad a veces se encuentra entre aquellos que respetan los principales mandamientos, participan en actos piadosos y dan limosna, es decir, quienes parecen llevar una vida cristiana exigente.

La clave para explicar este fenómeno se encuentra en la sociología religiosa, pues la cultura propia de cada momento histórico configura la manera en que las personas encarnan la fe. Cultura y religión forman un binomio difícil de separar. Incluso en sociedades post-cristianas como la española, resulta innegable el influjo que lo religioso sigue ejerciendo.

A la vez, como en todo binomio, también hay influencia en la otra dirección. Por su carácter histórico, la religión cristiana no es impermeable a los valores dominantes de cada época.

Fue Benedicto XVI quien más claramente denunció semejante deriva del mensaje de Jesús. Según sostiene en ‘Spe Salvi’, se ha llegado a pensar en el cristianismo como algo «estrictamente individualista» o una «búsqueda egoísta de la salvación» por influjo de algunas ideas propias de las sociedades modernas.

En concreto, sería el resultado de haber privatizado la noción cristiana de esperanza. El intento de resolver los problemas del mundo «como si Dios no existiera» provocó que la religión quedara recluida en la esfera de la conciencia, el hogar y el templo, como bien ha explicado Charles Taylor en ‘La era secular’.

Es cierto que esta evolución histórica trajo efectos positivos como la separación Iglesia-Estado y la consagración de la conciencia personal como un ámbito inviolable. Sin embargo, también tuvo secuelas negativas. Los creyentes olvidaron la dimensión social de su fe, según advirtió Henri de Lubac en ‘Catolicismo.

Aspectos sociales del dogma’. Además, surgieron actitudes moralistas, que reducen la religión a lo ético (es decir, a lo puramente natural), traicionando así la esencia del cristianismo, por utilizar la conocida expresión de Romano Guardini.

Lo que falta en un cristiano burgués es el interés por transformar la realidad. Aunque la fe no se identifica con ninguna estructura política u organización social concreta, tampoco se desentiende del destino del mundo. En nuestras manos está tratar de abrir los corazones –el propio y el de los demás– para que Dios pueda actuar en ellos.

Tal es la aportación específica de los cristianos a la sociedad: compartir la alegría del Evangelio, la ley de la caridad y la visión esperanzada sobre el futuro.

En nuestro país se echa en falta la contribución cristiana, que tanto beneficiaría a todos. Esta situación se debe más a la inacción o indiferencia de los creyentes que al laicismo rampante. Es, con gran probabilidad, la principal consecuencia del cristianismo burgués.

En una sociedad de profundas raíces religiosas y con una red tan extensa de instituciones educativas de ideario católico –muchas de ellas de primer nivel– resulta sorprendente la escasa presencia pública (en la cultura, la economía o la política) del mensaje evangélico. Los números no cuadran.

Ha habido una clara dejación de funciones: quienes estaban en condiciones de liderar no han querido o no han sabido hacerlo. Puede que hayan confundido el triunfo profesional con el brillo del rendimiento y la eficacia, en vez de medirlo en términos de fecundidad y contribución al bien común.

Más allá de la imprescindible, generosa y meritoria actividad de organizaciones como Cáritas en la atención de los marginados, ¿dónde está la respuesta cristiana ante la ‘cultura del pelotazo’ de nuestro sistema económico, la desesperada búsqueda de sentido de tantos jóvenes o la creciente fractura cívica que lamina, día a día, el tejido social?

«Es frecuente, aun entre católicos que parecen responsables y piadosos, el error de pensar que sólo están obligados a cumplir sus deberes familiares y religiosos, y apenas quieren oír hablar de deberes cívicos». Así se expresaba un contemporáneo español, Josemaría Escrivá.

Incluso, cabría añadir, esos deberes cívicos se identifican –en el mejor de los casos– con pagar impuestos y cumplir las leyes, es decir, lo propio de una persona respetable, un buen burgués. En su diagnóstico, este santo contemporáneo concluía que en la mayor parte de los casos el problema no es de mala voluntad, sino de falta de formación.

Ha habido una deficiente transmisión de la fe en la familia, la parroquia y la escuela. Por ello, la solución se halla, como para casi todo lo importante, en la educación.

Una expresión que un amigo emplea con frecuencia sintetiza bien lo que aquí se ha expuesto: quien cree, crea. El creyente crea familia, crea cultura, crea comunidad. Todo lo vivo es fecundo. En cambio, una fe burguesa resulta estéril.

No se trata necesariamente de crear algo nuevo (estructuras, instituciones o partidos), sino de realizar de otra manera –con sentido de misión– lo ordinario, de modo particular el trabajo, pues es donde habitualmente convivimos con los otros ciudadanos y podría convertirse en el lugar por excelencia de participación social.

Las profesiones –en todas sus formas: de las más reputadas a las más humildes– poseen un extraordinario poder transformador cuando se realizan con mentalidad de servicio y no meramente como un medio para obtener sustento, satisfacción personal o éxito.

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Jugando con fuego

Deliberadamente o no, la política sanchista ha resucitado los viejos demonios domésticos, aquellos que ya afloraron en la Segunda República y que, mal resueltos en su ‘tempo’ y enfoque, provocaron la demolición de este régimen político

A la vista de las medidas, pactos y alianzas que el actual habitante de la Moncloa está poniendo en marcha desde que tomó posesión de la presidencia del Gobierno (excepto la breve e inconcebible interinidad de cinco días de abril, hecho del que me atrevo a decir que no se encuentra fácil precedente en los anales gubernamentales), podríamos llegar a afirmar que ni los gobernantes y políticos españoles contemporáneos, ni siquiera los españolitos de a pie, hemos aprendido la lección que impartieron trágicos acontecimientos de la centuria pasada.

En efecto, ni el colapso rebuscado de la Monarquía alfonsina, que dio paso a una caótica e insostenible República, ni la durísima experiencia de una cruel guerra civil, ni el sufrimiento de un larguísimo régimen autoritario (Juan J. Linz, Juan Ferrando Badía et alii), ni, por fin, el restablecimiento consensuado de la democracia y la recuperación de la libertad política en la Transición, pareciere que de nada han servido estos importantes hitos históricos para que impere la razón y la cordura entre los españoles.

No está siendo así, sin embargo.

Por el irresponsable proceder del radical socialista José Luis Rodríguez Zapatero, padre de la primera norma revanchista y divisoria de la memoria histórica, y, especialmente, del actual presidente, Pedro Sánchez, apóstol de la vengativa y punitiva segunda Ley de memoria, la trayectoria política, singularmente del último mandatario, se está apartando incomprensiblemente de los parámetros constitucionales de 1978 y sacrificando los muy estimables valores políticos de la concordia y la legalidad constitucional, poniendo en serio peligro la unidad patria, la integridad del Reino de España, al unir su suerte, y la de todos los españoles, a las demandas de los separatismos hispánicos y de las disolventes ideologías del comunismo y el populismo de izquierdas.

Deliberadamente o no, la política sanchista ha resucitado los viejos demonios domésticos, aquellos que ya afloraron en la Segunda República y que, mal resueltos en su ‘tempo’ y enfoque, provocaron la demolición de este régimen político. Eran, recordémoslos, cuatro ‘cuestiones’ que la República quiso resolver aceleradamente y sin consenso y que tuvo por consecuencia agitar las ‘madres’ y provocar el enfrentamiento fratricida.

Fueron: la cuestión religiosa, que derivó en puro anticlericalismo; la cuestión militar, tratada sin tacto; la cuestión social de la propiedad de la tierra; y la cuestión, arriesgadísima, de la integridad territorial del Estado. Aunque los tres primeros ‘demonios’ arrastran todavía polémicas y problemas que piden soluciones, no cabe duda que, por elección y conveniencia del sanchismo, la cuestión de los nacionalismos periféricos ha cobrado fortaleza.

Las alianzas de Sánchez con el separatismo ha motivado que éste recobre vigor hasta el punto que la XVª Legislatura depende de partidos y líderes resueltamente independentistas que están chantajeando al Gobierno por siete desgraciados votos que Sánchez necesita por continuar en el ejercicio del poder.

Nadie sabe cómo va a terminar esta disparatada aventura del presidente español. Primero fueron los apoyos de un nacionalismo ¿colaborador? con los intereses generales del Estado (Pujol, Ardanza, Ibarretxe, Maragall…).

Sin embargo ahora Sánchez ha franqueado líneas antes nunca traspasadas: indultos arbitrarios, modificaciones ‘ad personam’ de tipos penales, ‘ayudas’ del Ministerio Fiscal y la Abogacía del Estado a procesados que interesan al bloque gobernante, exoneración de responsabilidad contable en ciertas causas ante el Tribunal de Cuentas, pasando por lo inimaginable: la concesión –inconstitucional e inmoral– de una amnistía.

El ‘summum’ del aventurerismo político hace esperar que el pragmático Sánchez ceda y convoque, bajo cualquier forma, una consulta para satisfacer los requerimientos separatistas de un referéndum de autodeterminación.

Esto, claro está, es jugar con fuego, lo cual Sánchez lleva haciendo desde el primer día de su mandato, el 1 de Junio de 2018. Ciertamente, Sánchez está jugando con fuego, pues todas esas cuestiones, especialmente, la territorial, lleva una fuerte carga de ignición que en cualquier momento puede prender fuego y abrasar, de nuevo, la convivencia de los españoles. Mal camino ha emprendido don Pedro.

Mientras, los españoles, quedamos expectantes de las componendas y espectáculos pirotécnicos de Sánchez sobre asuntos peliagudos y trascendentes, sabedores, desde hace tiempo, que nuestro presidente, por pura soberbia autocrática de mantenerse en el Gobierno, pacta lo que sea y con quien sea. De ahí la razón del título de esta tribuna de opinión: jugando con fuego.

Menester sería que, como el apóstol san Pablo, Sánchez cayera del caballo y, a tiempo, rectificara la mala línea política iniciada que, de proseguir, conduce a un puerto ni bueno ni seguro. El pueblo español debiera recobrar la sensatez, advertir a tiempo el precipicio, y defender la casa común retirando el apoyo a este político ciertamente de rasgos cesaristas, que arriesga con arrastrarnos a todos a un nuevo conflicto.

José Torné-Dombidau y Jiménez es presidente del Foro para la Concordia Civil.

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Vídeos

–«Primavera de la Libertad»en la Universidad de la Libertad, México, 17.5.24. Siete preguntas sobre la democracia dirigidas a los jóvenes, vía Cayetana Álvarez de Toledo.

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Música de Diana.

«And You and I» es el segundo tema del álbum Close to the Edge de la banda inglesa de rock progresivo Yes. La canción tiene poco más de diez minutos de duración y consta de cuatro movimientos. La primera y segunda parte de la canción se lanzaron como una edición única.Vía Diana Lobos, 200524.

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Humor
El Roto
El Roto [A. Rábago, España 1947]

 

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